AGENCIA
Nacional.- En México, de las 38.5 millones de mujeres mayores de 15 años que son madres, 11.5 millones son jefas de hogar, lo que significa que tres de cada diez mujeres con hijos enfrentan solas los gastos y las responsabilidades de crianza, alimentación y educación. Estos datos, publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el marco del Día de la Madre, muestran la creciente realidad de las madres solteras y el impacto económico y emocional que enfrentan.
Del total de mujeres de 15 años y más con al menos un hijo, 46.5 por ciento (%) están casadas, 20.5% viven en unión libre, 12% son viudas, 10.4% están solteras y 7.5% están separadas. Sin embargo, el hecho de que 11.5 millones de madres sean jefas de hogar resalta la importancia del apoyo social y laboral para estas mujeres que asumen el papel de sustento principal para sus familias.
Además de criar a sus hijos, el 6.7% de las madres entre 15 y 24 años también asisten a la escuela, lo que significa un esfuerzo adicional para equilibrar estudios y cuidado de sus hijos. El Inegi informa que casi la mitad de estas jóvenes madres (48.1%) tiene la secundaria completa, 32.8% educación media superior o superior, 15.9% primaria completa y 3.1% primaria incompleta.
A finales de 2023, México contaba con 17 millones 370 mil 749 madres ocupadas en el mercado laboral. De estas, 11.1 millones (64.4%) eran trabajadoras subordinadas y remuneradas, mientras que 4.6 millones (26.9%) trabajaban por cuenta propia. A pesar de estar en el mercado laboral, muchas madres ganan salarios bajos. Del total de 17.3 millones de madres ocupadas, 46.7% ganaba hasta un salario mínimo y solo 3.8% ganaba más de tres salarios mínimos.
Las madres con más hijos tienden a tener salarios más bajos. El 68.1% de las madres con seis o más hijos ganaban hasta un salario mínimo, en comparación con el 39.4% de aquellas con uno o dos hijos.
La historia de Luz Zárate, una madre soltera y jefa de hogar, ilustra los desafíos que enfrentan muchas mujeres en esta situación. Luz, comunicóloga por la UNAM, tuvo que emplearse en dos trabajos para mantener a su hijo de 11 años, quien estudia sexto de primaria. Después de quedarse sin trabajo en marzo de 2023, interpuso una demanda contra su expatrón por negarse a darle la liquidación que por ley le correspondía.
Durante varios meses, Luz solo pudo conseguir un empleo remoto, pero el salario no era suficiente, por lo que tuvo que buscar un segundo trabajo. Finalmente, en abril de este año, fue contratada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero la jornada laboral es presencial y de diez horas, lo que le impide llevar y recoger a su hijo de la escuela algunos días.
Luz también debe robar horas al sueño para realizar su trabajo en el portal de noticias, que consiste en crear contenido y programar su publicación. Aunque su situación económica ha mejorado, todavía debe dinero a amigos y familiares que le prestaron cuando estaba desempleada y sus ahorros se agotaron.
“Peor es no tener nada, no puedes siquiera comprender lo que es no tener ni un triste peso para el lunch del hijo o tener que estar empeñando tus cosas para poder hacer el súper”, dice Luz, reflejando la dura realidad de muchas madres solteras en México.
Estos datos y experiencias demuestran la necesidad de políticas públicas y apoyo social para las madres jefas de hogar, que enfrentan múltiples desafíos para equilibrar el trabajo y la crianza de sus hijos, a menudo con recursos limitados y escaso apoyo institucional.