AGENCIA
Hermosillo.- En un hecho histórico para el sistema de justicia en México, tres menores de edad, “Juanita”, “Pedro” y “Raúl”, de 10, 12 y 16 años respectivamente, testificaron en contra de su agresor sexual, Manuel “N”, con la ayuda de Golda, una perrita golden retriever vestida como La Mujer Maravilla. Esta acción, parte de un programa del Centro de Justicia para Mujeres de la Fiscalía de Sonora, tuvo como objetivo proporcionar soporte emocional a los menores y facilitar el proceso de declaración durante el juicio oral.
Manuel “N” fue arrestado el 8 de abril de 2022 por elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal, acusado de abusar sexualmente de los tres menores. Durante dos años, las víctimas y su madre esperaron por justicia, enfrentando un proceso penal complicado con audiencias, testimoniales e impugnaciones que revivían una y otra vez el trauma que sufrieron.
“Golda”, conocida como la “Perrita Maravilla”, tuvo un papel crucial en este proceso. Acompañó a los menores durante varias sesiones con psicólogos y durante el juicio, ayudándoles a recuperar la confianza y a sentirse seguros para hablar sobre su experiencia. Fue la primera vez en México que un perro de asistencia participó en una sala de juicios orales para ayudar a las víctimas a declarar.
“Golda” y su manejador, Myriam Jiménez, psicóloga y académica en la Universidad de Sonora, trabajaron de la mano con los psicólogos del Centro de Atención a Víctimas de Delito de la Fiscalía de Sonora para ayudar a los menores a superar el trauma y prepararse para rendir declaración. Las actividades incluyeron cepillar a “Golda”, caminar con ella y jugar, creando un ambiente relajado que permitió a los menores abrirse y hablar sobre el abuso que sufrieron.
El resultado fue la emisión de una sentencia de 63 años contra Manuel “N”, quien pasará casi el resto de su vida en prisión por sus crímenes. Gracias al soporte emocional de “Golda”, “Juanita”, “Pedro” y “Raúl” lograron dar sus testimonios ante el juez, lo que resultó clave para obtener la condena.
La implementación de este tipo de programas es una muestra de cómo la justicia puede ser más humana y sensible a las necesidades emocionales de las víctimas, especialmente de los menores. “Golda” y su equipo han demostrado que el apoyo de un animal puede ser un recurso valioso para ayudar a las víctimas a superar el trauma y obtener justicia contra sus agresores.