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Nacional.- El Día del Niño en México se celebra cada 30 de abril para reconocer los derechos y el bienestar de los niños. Este 2024, la celebración cumple 100 años, marcando un hito significativo en la historia del país. A continuación, te contamos por qué se celebra y cómo surgió esta tradición.
En 1924, durante la presidencia del General Álvaro Obregón y con José Vasconcelos como Ministro de Educación Pública, se estableció el 30 de abril como el Día del Niño. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos explicó que esta decisión tenía como objetivo reafirmar los derechos de los niños y crear una infancia feliz para un desarrollo pleno e integral.
Antes de esta fecha, el Día del Niño fue reconocido en México el 8 de mayo de 1916. Sin embargo, el presidente Obregón cambió la fecha al 30 de abril tras la firma de la “Declaración de Ginebra”. En el ámbito internacional, la idea de celebrar el Día del Niño surgió el 20 de noviembre de 1959, cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reafirmó los derechos de los niños universalmente.
El Día del Niño en México busca resaltar la importancia de proteger y garantizar los derechos de los niños, promoviendo su bienestar físico, emocional y educativo. Las celebraciones incluyen eventos y actividades especiales en escuelas, comunidades y hogares, donde los niños son el centro de atención.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la infancia, que va de los seis a los trece años, es un periodo crucial para el desarrollo de capacidades físicas e intelectuales, la socialización y la formación de la identidad y autoestima.
Los derechos humanos de niños y adolescentes están protegidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tratados internacionales y leyes como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, promulgada el 4 de diciembre de 2014.
El Día del Niño en México es una celebración llena de color y diversión, pero también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de que todos los niños tengan la oportunidad de crecer en un entorno seguro y amoroso, donde sus derechos sean respetados. Es un recordatorio para la sociedad de que la niñez merece protección, amor y reconocimiento.
