Altas Montañas.- Cada año se pinta de amarillo intenso los campos, el plantío de flor de cempasúchil y el cual florece entre la última quincena de octubre y la primer semana de noviembre no vuelve a desarrollarse, sino hasta el otro año, por lo que la producción de esta flor aunque necesaria y muy demandada en esta temporada la hace infructuosa.
La familia Marinero Sánchez lleva años cultivando esta flor ancestral, cada junio comienza la siembra de la flor, pues la mayor parte del año entre los meses de noviembre a junio siembra granos, verduras y legumbres.
A finales de octubre el amarillo de la flor comienza a verse apenas en capullos, en un terreno de casi una hectárea que ocupan para este cultivo y que ansiosamente esperan cinco meses cosechar, pues la carrera por sacar el producto que sólo una vez en el año y es rápidamente perecedero es competitiva con otros productores de la región y del estado de Puebla.
Después del 2 de noviembre prácticamente nadie quiere comprar la flor, por ello es la prisa de la familia Marinero por sacar todo el producto, mismo que sacan en rollos desde 80 a 100 pesos.
De este plantío cuenta Cecilio Marinero que espera cultivar cerca de 200 rollos, lo que equivale de 16 mil a 20 mil pesos si es que se vende todo, pues siempre hay una merma de flor y aunque parece ser un buen negocio, la verdad es que es mucha la espera de cinco meses para obtener esta ganancia que se va desde la siembra, el cuidado del cultivo, hasta la comercialización y transporte.
Además la venta de esta flor servirá para salir de deudas de la familia pues de este cultivo participan no sólo él, sino su hermano que también tiene esposa e hijos, sólo esperan poder vender toda la flor a tiempo y esta misma semana vender al menudeo en mercados como Huatusco y Coscomatepec
Mauricio Lainez Vázquez
El Buen Tono