AGENCIA
Internacional.- En un clima de creciente tensión en Medio Oriente, Rusia ha emitido un llamado a la moderación tras el reciente ataque aéreo de Irán contra Israel. El Ministerio de Exteriores ruso expresó este domingo su preocupación por la “peligrosa escalada” en la región y urgido a todas las partes involucradas a resolver los conflictos existentes mediante medios políticos y diplomáticos.
El comunicado oficial del ministerio subraya la posición de Irán, quien justifica su acción militar en el marco de su derecho a la autodefensa, amparado por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Según Teherán, el ataque fue una respuesta a las agresiones contra objetivos iraníes, incluyendo un bombardeo a principios de abril contra el edificio del departamento consular de la Embajada de Irán en Damasco, ataque que Rusia ha condenado enérgicamente.
La reacción de Moscú a estos sucesos no solo se ha limitado a declaraciones de preocupación, sino que ha incluido advertencias previas sobre el aumento de las tensiones si no se encuentra una resolución a las numerosas crisis que afectan a la región, especialmente el prolongado conflicto palestino-israelí. Este último ataque iraní, que utilizó más de 300 drones y misiles, ocurrió dos semanas después del ataque al consulado iraní, incidente por el cual Teherán responsabiliza directamente a Israel.
Adicionalmente, Rusia criticó la falta de una respuesta adecuada por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, atribuyendo esta insuficiencia a la postura de sus miembros occidentales, que no pudieron “reaccionar adecuadamente al ataque a la misión consular iraní”.
El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, y el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, han reiterado la importancia de la contención. Pátrushev había advertido previamente que el ataque de Tel Aviv al consulado iraní podía precipitar una “escalada de tensiones incontrolable”.
En un contexto marcado por la incertidumbre y la inestabilidad, las declaraciones de Rusia resaltan la necesidad urgente de diálogo y diplomacia para prevenir un deterioro mayor de la situación en Medio Oriente, subrayando el papel crucial que la comunidad internacional debe jugar en la promoción de la paz y la estabilidad regional.