AGENCIA
Internacional.- En un movimiento sin precedentes, Irán ha llevado a cabo su primer ataque directo contra Israel, lanzando más de 200 drones y diez misiles, lo que ha generado una escalada significativa de la tensión en Oriente Medio. Este ataque, descrito como una represalia por el reciente bombardeo a su consulado en Damasco el 1 de abril, ha puesto en alerta máxima a la comunidad internacional.
Según fuentes oficiales, la mayoría de los proyectiles fueron interceptados en el aire gracias a la cooperación defensiva con Estados Unidos, evitando así un daño mayor. No obstante, una instalación militar israelí sufrió daños leves y una niña de siete años resultó herida en el ataque.
El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha reiterado la preparación y capacidad defensiva de su país afirmando que están “listos para cualquier escenario, tanto en defensa como en ataque”. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha condenado el ataque y anunciado que convocará a los líderes del G7 para discutir una “respuesta diplomática unida”. Biden también ha prometido un “férreo” apoyo a Israel, calificando el ataque de Irán como “descarado”.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha condenado el ataque y lo ha calificado como una “grave escalada” en la región. Guterres ha hecho un llamado urgente a todas las partes involucradas para evitar una conflagración regional que podría tener consecuencias devastadoras.
En el mismo sentido, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su preocupación por el potencial escalado del conflicto, destacando que “la guerra es irracional, sinónimo de sufrimiento y muerte”.
Especialistas en geopolítica, como Abdiel Hernández Mendoza, advierten que un aumento en el intercambio de ataques podría generar inestabilidades económicas significativas, afectando no solo a las naciones directamente involucradas, sino también a potencias globales como China, Rusia y Estados Unidos. Según Hernández Mendoza, esto podría incentivar a las partes a buscar una reducción de la tensión en la región.
Este incidente marca un punto crítico en las ya complicadas relaciones en Oriente Medio, y la respuesta internacional en los próximos días será crucial para determinar el curso de los acontecimientos en una de las regiones más turbulentas del mundo.
