En un episodio que parece sacado de una película de atracos, una sucursal del banco Santander en Plaza Zeus, Irapuato, fue escenario de un robo millonario que los empleados no detectaron hasta que fue demasiado tarde. A pesar de estar ubicado cerca de las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en la avenida Solidaridad, los ladrones lograron sustraer 2 millones de pesos sin ser notados.
El asalto ocurrió en las primeras horas de la madrugada, específicamente a la 01:30, cuando el sistema de seguridad del banco emitió una alerta de una posible intrusión. A pesar de la rápida respuesta de la Policía Municipal y los guardias de seguridad, no se encontraron evidencias inmediatas de un robo en curso, y las fuerzas de seguridad abandonaron la escena sin mayores sospechas.
Sin embargo, la trama se complicó cuando, dos horas después, se emitiera una segunda alerta de violación del sistema de seguridad. Nuevamente, las inspecciones resultaron infructuosas. Fue solo hasta la llegada de los empleados por la mañana que se descubrió el alcance del robo: los ladrones habían hackeado el sistema de seguridad para acceder a la bóveda y sustraer la suma millonaria, además de crear un orificio detrás del área de cajeros, lo cual confirmaba las alertas previas.
La Agencia de Investigación Criminal y la Fiscalía General del Estado de Guanajuato han iniciado una investigación exhaustiva para dar con los responsables de este audaz robo, que hasta el momento continúan en libertad. Este incidente no solo destaca por su magnitud, sino también por la habilidad con la que se llevó a cabo, recordándonos que a veces la realidad supera a la ficción.