La Vicepresidenta Kamala Harris ha anunciado una medida crucial en la lucha contra la violencia armada en Estados Unidos: a partir de ahora, todos los vendedores de armas, ya sea en tiendas físicas, tianguis especializados o a través de internet, están obligados a verificar los antecedentes penales de sus compradores. Esta nueva política, impulsada por la administración de Joe Biden, apunta a cerrar las lagunas que permitían la compra de armas sin un escrutinio adecuado.
Citando los trágicos tiroteos en Ohio, Illinois y Texas, Harris subrayó que muchas de estas catástrofes podrían haberse evitado con controles más estrictos. La medida busca reducir los actos de violencia perpetrados con armas adquiridas sin la debida verificación de antecedentes.
La Oficina de Prevención de la Violencia Armada de la Casa Blanca, liderada por Harris, ha delegado al Departamento de Justicia, encabezado por el Fiscal General Merrick B. Garland, la implementación de este nuevo plan. Garland afirmó que esta regulación es un avance histórico en la batalla contra la violencia armada y promete ser un cambio significativo en la venta de armas en el país, asegurando que todas las ventas, independientemente del medio, estarán sujetas a las mismas rigurosas comprobaciones.
Este paso representa un esfuerzo significativo para mitigar la violencia armada y es un movimiento audaz que, según los líderes de la administración Biden, “salvará vidas”.