Agencias
Xalapa. – La “reaparición” de Patrocinio Cisneros, exsecretario de Gobierno, en el panorama político estatal, muestra que sus verdaderas intenciones hacia Rocío Nahle, candidata a la gubernatura por Morena, son únicamente para perjudicarla, pues él no es querido por los veracruzanos.
Es evidente que Patrocinio quiere aprovecharse de una coyuntura que cree que se abrió ahora que a Nahle sacaron a la luz su casa de lujo y quiere aparecer en escena como el salvador.
Sin embargo, lo cierto que Nahle lo odia y no tendrá cabida alguna en su gobierno por traidor y jugarle chueco.
Cisneros parece intentar ahora forjar una imagen de respaldo hacia Nahle, a pesar de haber sido previamente un obstáculo en su camino hacia la candidatura.
El historial de Cisneros en la 4T veracruzana está marcado por episodios de polémica, desde su publicitada renuncia a la Secretaría de Gobierno hasta su cuestionable gestión en el cargo.
Su aparición en anuncios espectaculares y eventos promocionales personales generó críticas sobre su verdadero interés en servir al pueblo veracruzano.
El hecho de que Patrocinio Cisneros haya sido señalado por el presidente López Obrador por su conducta poco ética refleja una falta de alineación con los principios de la 4T. Sin embargo, su cercanía con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez lo mantuvo dentro del círculo político, a pesar de las tensiones que su presencia generó, especialmente en relación con Rocío Nahle.
La supuesta renuncia de Cisneros a su cargo como secretario de Gobierno resultó en un distanciamiento evidente entre él y Nahle, su antigua aliada política. Aunque Cisneros ha negado conflictos directos con la candidata, sus diferencias ideológicas y distanciamiento previo señalan una relación fracturada.
La ausencia de Cisneros en eventos de campaña de Nahle, incluido su inicio de campaña en Veracruz, plantea como falso el supuesto apoyo a la candidata.