AGENCIA
La situación en la capital de Haití, Puerto Príncipe, ha alcanzado niveles críticos, con más de 53 mil personas huyendo en tan solo tres semanas de marzo debido al conflicto entre poderosas bandas armadas. La ausencia del Estado y la falta de una solución política han dejado a la población civil en medio de la violencia y la incertidumbre.
Según estimaciones de Naciones Unidas publicadas el martes, decenas de miles de personas abandonaron el área metropolitana de Puerto Príncipe entre el 8 y el 27 de marzo, mientras que la violencia ha continuado intensificándose durante el fin de semana de Pascua y principios de abril.
Volker Turk, jefe de Derechos Humanos de la ONU, expresó su preocupación por el aumento sin precedentes de abusos contra los derechos humanos en Haití, que incluyen asesinatos, secuestros y violencia sexual. La violencia también ha obstaculizado el transporte de bienes esenciales y ayuda humanitaria hacia la capital.
La ONU informa que muchos de los desplazados están dirigiéndose hacia la península meridional del país, que aún se está recuperando del devastador terremoto de 2021. Casi el 70 por ciento (%) de las personas que abandonaron la capital en marzo ya habían sido desplazadas previamente por la violencia de las bandas.
A pesar de la crisis, solo el 4% de los desplazados manifestaron su deseo de emigrar, principalmente a la República Dominicana. Sin embargo, el gobierno dominicano ha reforzado la seguridad fronteriza y ha deportado a decenas de miles de personas.
Mientras tanto, en Haití persisten las luchas internas por el poder. El primer ministro de facto, Ariel Henry, anunció su dimisión el 11 de marzo, pero la instalación de un consejo presidencial de transición aún no ha ocurrido debido a enfrentamientos y amenazas entre facciones.
El domingo, miembros del Ejército haitiano y más de 50 asociaciones civiles pidieron un método de transición alternativo al establecido en la Constitución. Esta propuesta incluiría nombrar presidente provisional a un juez del Tribunal Supremo de Haití, quien a su vez designaría un nuevo primer ministro para formar gobierno. Sin embargo, los opositores critican esta idea como una maniobra para mantener el poder por parte de los aliados de Henry, considerado corrupto por muchos haitianos.
