AGENCIA
Internacional.- Desde el viernes, una impresionante nube de arena procedente del desierto del Sahara ha cubierto los cielos de Suiza, extendiéndose el sábado hacia el sur de Francia. Este fenómeno inusual ha teñido el paisaje de un tono amarillento y ha generado alertas debido a las concentraciones de partículas finas en el aire.
El servicio meteorológico MeteoSuisse ha advertido sobre un “empeoramiento” de la visibilidad y un aumento en las concentraciones de partículas finas en la red X. En el sureste de Francia, las autoridades de las regiones de Provenza Alpes Costa Azul y del Hérault también han confirmado la presencia de contaminación por partículas finas.
En Suiza, la calidad del aire se ha visto afectada desde las orillas del lago Lemán hasta el resto del país, debido a la concentración del polvo a menos de 3 mil metros de altura. Según las estimaciones proporcionadas por el meteorólogo Roman Brogli a los medios de comunicación, la nube de polvo alcanzó unas 180 mil toneladas, una cantidad excepcionalmente elevada que equivale al doble de la registrada en fenómenos similares en Suiza.
En el sureste de Francia, se ha superado el “umbral de alerta” en toda la región de Provenza Alpes Costa Azul, así como en Hérault y el Departamento de Gard. Es importante destacar que el desierto del Sahara es la principal fuente de polvo mineral y genera entre 60 y 200 millones de toneladas al año. Las partículas más grandes tienden a precipitarse rápidamente al suelo, mientras que las más pequeñas pueden ser transportadas a lo largo de miles de kilómetros, llegando incluso a Europa y otros continentes.
Este fenómeno, aunque poco común, subraya la interconexión global de los sistemas climáticos y la importancia de monitorear y comprender los procesos naturales que pueden tener impactos significativos en la calidad del aire y el medio ambiente.