En un acto de pura solidaridad y consciencia ambiental, un grupo de trabajadores en el poblado de Oviedo, perteneciente al municipio de Pánuco, Veracruz, protagonizaron un valiente rescate que podría haber salvado una vida animal.
Una cría de Yaguarundí, también conocido como “Onza” en el norte de Veracruz, fue rescatada de entre los cañaverales justo cuando estaban a punto de prenderle fuego al área. Este pequeño felino, posiblemente escondido entre el denso follaje debido al calor de la lumbre, fue descubierto gracias a los maullidos que emitía cuando los trabajadores estaban a punto de iniciar el fuego.
Este emotivo acto de rescate no solo salvó al Yaguarundí de un destino fatal, sino que también evitó un trágico desenlace similar al que ocurrió hace poco tiempo atrás, cuando diez cachorros de tigrillo perdieron la vida al quedar atrapados entre las llamas.
La sensibilidad de los trabajadores hacia la vida silvestre también los llevó a considerar que la mamá del pequeño felino podría estar rondando el área, siendo de un tamaño considerable. Esta preocupación por la seguridad de los animales llevó a que la cría fuera entregada a las autoridades correspondientes para seguir el protocolo de protección animal.
Los Yaguarundí, jaguarundis o gatos moros, como también se les conoce, son una especie perteneciente a la familia Felidae. Con medidas que oscilan entre los 62 y 83 cm para los machos, y entre los 43 y 66 cm para las hembras, estos felinos tienen un peso corporal que va de 3,5 a 6,5 kg. Su cuerpo es largo y esbelto, con miembros cortos y una cola larga, características que los hacen distintivos dentro del reino animal.
Este rescate no solo representa un gesto de humanidad, sino también una llamada de atención sobre la importancia de preservar y proteger a las especies en peligro, como el Yaguarundí, cuyo hábitat natural se ve amenazado por actividades humanas.
