Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- La precisión de sus manos y la experiencia de 30 años, le han permitido al señor Baruch González Mendoza salvar de apuros a miles de personas, pues a través de su oficio de cerrajero ha logrado abrir puertas y candados donde sus llaves fueron imposibles de encontrar.
El ser cerrajero es un oficio noble, que aunque está atravesando por complicaciones por el ingreso de los candados y llaves chinas, don Baruch sigue trabajando todos los días, en su pequeño local y hasta el domicilio donde se le requiera.
Don Baruch aprendió el oficio de cerrajero con ayuda de su tío, quien se dedicaba a ese trabajo y él empezó a ayudarle, aun cuando él estudiaba y concluyó su preparatoria, pero le interesó continuar con este trabajo del cual ha logrado vivir durante los últimos 30 años.
La duplicidad de llaves, componer candados y llaves, abrir puertas, carros, reparar chapas, son los principales trabajos que hace don Baruch todos los días, a quien ahora le ayuda su sobrino en este noble oficio.
Su labor diaria consiste en acudir también a los domicilios donde le llaman porque se cerró la puerta o el coche terminó con las llaves dentro, y en su local ubicado sobre la avenida principal de Orizaba, hace duplicidad de llaves con la ayuda de su máquina.
“Tenemos un catálogo donde vienen las llaves que son más comunes y son las que duplicamos, pero ahora los chinos han introducido muchos candados y llaves, que se ha complicado duplicar estas chapas”, señaló.
Como cerrajero dijo que la introducción de piezas chinas les ha afectado en este oficio, pues por ser más económicas, la gente está optando por comprarlas aunque son desechables, pues ya no tienen reparación las chapas que se comercializan de ese tipo de mercados, además de que se rompen fácilmente. El señor Baruch agregó que el ser cerrajero, le ha permitido conocer a muchas personas que acuden a su ayuda, y actualmente son pocos los que se dedican a esta labor.
