AGENCIA
Haití.- El primer ministro haitiano Ariel Henry, reconocido como médico respetado pero criticado como político, ha anunciado su renuncia después de intentar mantenerse en el poder más allá de lo previsto. Este movimiento político se ve impulsado por la insurrección de grupos armados que controlan gran parte de Puerto Príncipe.
Henry asumió el cargo tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021 y se suponía que debía dejar el cargo a principios de febrero. Sin embargo, la presión de poderosas bandas criminales, que mantienen a la población en vilo y controlan vastas áreas del país, forzó su renuncia.
La crisis de violencia ha alcanzado un nivel tal que la comunidad internacional ha estado abogando por una transición con participación de la sociedad haitiana. Finalmente, Henry aceptó renunciar la noche del lunes, según lo confirmado en un video publicado en las redes sociales del gobierno haitiano.
Aunque Henry gozaba de un prestigio como neurólogo, su incursión en la política ha estado marcada por controversias. Su carrera política comenzó en 2015 cuando fue nombrado ministro del Interior y luego de Asuntos Sociales y Trabajo en el gobierno de Michel Martelly. Sin embargo, su mandato como primer ministro se vio empañado por la sospecha de su conexión con el asesinato del presidente Moïse y la creciente influencia de las pandillas en la política y la seguridad del país.
La renuncia de Henry se produce en medio de una crisis generalizada en Haití, con pandillas que controlan vastas áreas del territorio y una escalada de violencia que amenaza con sumir al país en un conflicto civil. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el futuro de Haití y ha abogado por una solución pacífica y participativa a la crisis política.
La renuncia de Henry plantea interrogantes sobre el futuro político de Haití y la capacidad del gobierno para abordar los problemas de seguridad y desarrollo que enfrenta el país.