DE LA REDACCIÓN
el buen tono
Xalapa.- En medio de un ambiente enrarecido por la sombra de la corrupción, se ha desatado una crisis en la Fiscalía del Estado de Veracruz, donde la fiscal Verónica Hernández Giadáns tendrá que dejar su cargo.
Esta decisión, que parece inminente, arroja luz sobre los turbios lazos que han marcado su gestión, especialmente su estrecha relación con el ex secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, mejor conocido como “Bola 8”.
Cisneros tiene un historial problemático debido a sus manejos oscuros durante su tiempo en la administración pública, por lo que su estrecha relación con Giadáns genera serias dudas sobre la integridad de la Fiscalía.
Esta conexión con alguien de tan mala reputación, no sólo genera sospechas, también deja un mal sabor de boca de corrupción en toda la institución.
El hecho de que se haya llegado a este punto, evidencia la profundidad de la infiltración de los intereses políticos y los vínculos oscuros en la esfera judicial.
Las acusaciones de compadrazgo y favoritismo han erosionado la confianza del público en la imparcialidad de la Fiscalía, y la situación se agrava aún más por la conexión entre “Bola 8” y la candidata Nahle, a quien Cisneros habría traicionado según fuentes cercanas.