De la Redacción
el buen tono
Orizaba.- La adquisición por más de 9 millones de pesos que se realizó por parte del ayuntamiento de Orizaba para el fallido servicio de la línea “Gallo”, representa una suma millonaria que le costó a los orizabeños, y se encuentran fuera de circulación por violar la Ley de Transporte.
El costo que pagaron los orizabeños por las cinco unidades que se compraron para el servicio de pasajeros, correspondió a dos unidades con un valor de un millón 810 mil pesos cada una, las otras tres fueron de 1 millón 840 mil pesos por unidad, resultando un total de 9 millones 140 mil pesos, recursos que se pudieron ahorrar si se cotizara con otra agencia automotriz que resultara en menor gasto de recurso municipal.
Es obvio que algún negocio al amparo de “comprarle” la misma marca de camiones International que él vende, pero a otro concesionario, los servicios de mantenimiento y refacciones, al ser de la marca que él distribuye, pues los haría él y ¡obtendría utilidades!
Estas unidades tienen los costos más altos en el mercado tanto en unidades como en refacciones, tan es así, que empresarios del ramo mencionaron que algunos transportistas los tienen catalogados como problemáticos para su funcionamiento y optan por no utilizarlos.
Sin importar el costo de cada unidad, el alcalde optó por comprarlas al saber que muy probablemente se descompon drían y no servirían para el servicio pesado, siendo sus refacciones un lujo y un posible autopago.
Toda unidad debe tener un mantenimiento correctivo y preventivo, servicios que la agencia de su propiedad ofrece, es decir, que con la circulación de los “Gallo” podría presuntamente verse beneficiado de algún modo, pero al tener las unidades retenidas, el negocio redondo se vino abajo.
Cabe mencionar que toda unidad de transporte público debe contar con una cobertura amplia de seguro, lo que implica un costo anual mínimo de 31 mil pesos, dinero que tuvo que haber pagado el edil orizabeño de su bolsillo y no de los recursos de los orizabeños.