El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, generó polémica al llamar “mandadero” al ex ministro Arturo Zaldívar, después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador admitiera que durante el mandato de Zaldívar, el gobierno federal intervenía de manera respetuosa en casos de interés. Aguilar expresó estas críticas durante el XIX Congreso de la Barra Mexicana de Abogados en Querétaro, subrayando que un juzgador que cede a intereses ajenos a la Constitución no merece ese título.
Por su parte, Arturo Zaldívar respondió afirmando que la relación con el presidente López Obrador se basaba en una coordinación, destacando que las quejas del mandatario se procesaban mediante los canales institucionales para determinar su procedencia. Estas declaraciones surgen en un contexto de tensiones y cuestionamientos sobre la independencia judicial y el papel de la Suprema Corte en el país.
Las palabras de Aguilar y Zaldívar revelan una brecha de opiniones respecto a la actuación de los jueces y la influencia del poder ejecutivo en la justicia. Esta controversia refleja la importancia de mantener la independencia del poder judicial y el respeto a la imparcialidad en la impartición de justicia en México.