AGENCIA
Ecuador.- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, tiene la intención de construir dos nuevas cárceles en el país, siguiendo un modelo similar al implementado por su homólogo Nayib Bukele en El Salvador. Según anunció el viceministro de Finanzas, Daniel Falconí, estas cárceles tendrán un costo aproximado de unos 125 millones de dólares.
La asignación presupuestaria de 125 millones de dólares forma parte del plan anual de inversiones del Ejecutivo, que asciende a más de mil 700 millones de dólares. Falconí detalló que este presupuesto inicial podría aumentar a unos 140 millones de dólares dependiendo de ciertas variables en el proceso de construcción.
Las dos cárceles propuestas estarán ubicadas en la provincia costera de Santa Elena y en la provincia amazónica de Pastaza. Sin embargo, las organizaciones indígenas de esta última región han manifestado su oposición a la construcción de estas instalaciones penitenciarias en su provincia.
Los diseños de las cárceles fueron presentados por Noboa en enero, y se espera que sean construidas por empresas que previamente han trabajado en la edificación de cárceles en México, El Salvador, Tailandia y Singapur.
A diferencia del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, estas cárceles tendrán una capacidad mucho menor, diseñadas para albergar a 736 reclusos cada una.
El objetivo de estas nuevas cárceles es aislar a los líderes de las bandas criminales que han generado una ola de violencia en Ecuador. La escalada de violencia interna en las prisiones ecuatorianas ha provocado una serie de masacres desde 2020, con más de 450 presos fallecidos.
Esta violencia también se ha extendido a las calles, convirtiendo a Ecuador en uno de los países más peligrosos de Latinoamérica, con una tasa de homicidios de alrededor de 45 por cada 100 mil habitantes, la más alta registrada.
Actualmente, en Ecuador operan 35 cárceles con alrededor de 31 mil personas recluidas, muchas de ellas en régimen preventivo sin haber recibido sentencia.
El presidente Noboa ha declarado la lucha contra el crimen organizado como un “conflicto armado interno”, designando a 22 bandas criminales como grupos terroristas a ser neutralizados por la Policía y las Fuerzas Armadas.
La construcción de estas nuevas cárceles forma parte de los esfuerzos del gobierno para abordar la creciente crisis de seguridad y controlar la violencia generada por el crimen organizado en Ecuador.