Agencias
México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió contra los manifestantes que se concentraron frente a Palacio Nacional, llamándolos “oligarcas, ricos y corruptos”. Afirmó que quienes protestaban defendían una democracia que beneficiaba a estas élites, mientras que él abogaba por una “democracia del pueblo”. Respondiendo a preguntas sobre la integridad de las elecciones, López Obrador rechazó las acusaciones de intervención gubernamental y aseguró que los fraudes electorales eran una práctica del pasado bajo el dominio del PRIAN.
Durante un acto público en Tlaxcala, el presidente apenas comentó sobre la movilización en el Zócalo y otras ciudades del país. Posteriormente, en Puebla, ignoró los llamados a no intervenir en las elecciones y volvió a hablar sobre la continuidad de su proyecto, señalando que entregará el poder a una mujer llamada “justicia”. Ante preguntas sobre la marcha, López Obrador descalificó a los manifestantes, rechazó la idea de intervenir en el proceso electoral y descartó una elección de Estado, insistiendo en que su gobierno busca que el pueblo elija a sus autoridades y no las élites oligárquicas del pasado.
El presidente se mantuvo firme en su postura de no intervenir en el proceso electoral y enfatizó su compromiso con la democratización del país. Su respuesta a las protestas refleja una visión de confrontación con las élites políticas del pasado y una determinación por mantener el rumbo de su proyecto de transformación, aunque su actitud ha generado críticas y polarización en el país.