AGENCIA
Quintana Roo.- La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, ha generado controversia al optar por rentar un avión privado en lugar de utilizar el Tren Maya para viajar a la reunión celebrada este martes en Cancún, donde se encontró con Ken Salazar, embajador de Estados Unidos, y otros gobernadores del sur-sureste mexicano.
Según reportes de redes sociales, Sansores llegó al aeropuerto de Cancún en un avión Cessna Citation III, con registro de salida desde Campeche a las 07:49 horas, aterrizando en Quintana Roo a las 09:43 horas, tras un vuelo de 54 minutos. Fuentes confirmaron que la aeronave utilizada fue el jet matrícula XA-PRO, propiedad de la empresa Jet Pro, con sede en el aeropuerto de Toluca, Estado de México.
El costo aproximado de un viaje en avión privado como el utilizado por Sansores ronda los 500 mil pesos, mientras que el boleto redondo del Tren Maya para ese mismo trayecto tiene un valor de 2 mil 232 pesos, según información disponible.
Tras la reunión, Sansores firmó un memorándum de entendimiento con el objetivo de “impulsar el crecimiento equitativo e inclusivo en los estados del sur-sureste”, según anunció en sus redes sociales. Posteriormente, asistió al concierto ofrecido por Marco Antonio Solís “El Buki” en San Francisco de Campeche.
Cabe mencionar que al evento en Cancún asistieron representantes de los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Puebla, Yucatán y Quintana Roo, marcando así una importante reunión entre autoridades de la región sur-sureste.
El uso de un avión privado en lugar de medios de transporte más accesibles ha generado críticas y cuestionamientos sobre el uso de recursos públicos y la coherencia en las decisiones de las autoridades gubernamentales.
El día que los huestes promotores y defensores de AMLO sean los primeros en utilizar los servicios de infraestructura, hospitales y medios de transporte al que tanta “inversión y mejoría” le han dado, podría ser considerado como algo serio para usar y disfrutar.
Y los chairos que mandaron en el primer viaje, sude y sude y aguantándose para no hacer quedar mal a AMLO. ¿Y la austeridad franciscana apá?