Córdoba.- A ocho columnas, y con grandes titulares, la prensa de todo el país dio a conocer el día de ayer el mensaje del procurador Jesús Murillo cuando informó que, una vez analizados los restos de 28 cuerpos localizados en cinco fosas ubicadas en las cercanías de Iguala, Guerrero, éstos no correspondían a los jóvenes estudiantes desaparecidos.
Si bien, Murillo Karam pretendía “tranquilizar” a familiares y compañeros de los estudiantes normalistas desaparecidos, el funcionario nunca reconoció la importancia de haber localizado, mediante el amplísimo operativo destacado para la localización de los estudiantes, 28 cadáveres más en fosas clandestinas. No precisó si cuentan con algún indicio sobre a quién pertenecen estos cadáveres.
Resulta importante para nosotros el retomar esta información, en el sentido de que nuestras autoridades, ahora representadas por el máximo fiscal de la Nación, desmerecen el hecho de que, cuando la presión social los obliga a buscar, encuentran cada vez más cadáveres, pero como ahora interesa encontrar sólo a los estudiantes, otros asesinados y enterrados clandestinamente, parecieran no ser importantes.
Pero más nos indigna la actuación de los medios informativos que, lo mismo en televisión, radio, internet y a través de la prensa escrita, hacen apologías respecto de la actuación de la Procuraduría cuando lo único que publican es que los cadáveres encontrados no corresponden a los estudiantes desaparecidos. Estos medios, paleros de autoridades y funcionarios, se olvidan de que los cuerpos de los 28 asesinados seguramente también eran mexicanos, campesinos u obreros de los cientos o miles que han perdido la vida en nuestro país en los últimos meses.
