AGENCIA
Nacional.- En un escenario de inusual premura, el 12 de septiembre de 2019, tres correos electrónicos fueron enviados con menos de una hora de diferencia. La misión: que los oficios emanados de la jefatura del Estado Mayor de la Defensa Nacional llegaran a manos del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, de manera inmediata.
Homero Mendoza Ruiz, quien entonces ocupaba la jefatura del Estado Mayor, despachó los correos a su equipo de ayudantía apenas inició la jornada laboral. Adjunto en uno de estos mensajes, se encontraba un oficio que el general secretario, Luis Cresencio Sandoval, enviaba al fiscal Gertz Manero.
El contenido del oficio incluía una advertencia preocupante: Alfredo Higuera Bernal, recién nombrado titular de la Subprocuraduría Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (SEIDO), habría designado como director del Cuerpo Técnico de Control (CTC) a un militar en retiro, Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto, señalado por presuntos vínculos con el Cártel de los Beltrán Leyva según bases de datos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Hernández Soto, antiguo integrante del equipo de seguridad del presidente López Obrador durante su campaña en 2006, estaba siendo nombrado para una posición crucial en el CTC, una unidad especializada dependiente de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO, antes SEIDO). Esta unidad está encargada de ejecutar mandatos judiciales en materia de intervención de comunicaciones privadas y localización de líneas telefónicas asociadas a actividades delictivas.
Los documentos enviados por la Secretaría de la Defensa Nacional alertaban sobre los antecedentes de Hernández Soto, vinculándolo con presuntas actividades ilícitas desde 2007, lo que generaba inquietudes sobre su idoneidad para dirigir el CTC.
Además, investigaciones periodísticas recientes, publicadas por diversas agencias, mencionaban que la DEA había recabado testimonios sobre la presunta entrega de fondos del Cártel de los Beltrán Leyva a la campaña presidencial de López Obrador en 2006, año en que Hernández Soto formaba parte del equipo de seguridad del entonces candidato. Estos reportajes, basados en informantes de la DEA, ponían en entredicho la integridad del proceso electoral.
La designación de Hernández Soto como director del CTC era particularmente alarmante debido a su presunta cercanía con Audomaro Martínez Zapata, actual director del Centro Nacional de Inteligencia, quien habría intervenido en su nombramiento. Esta intervención contravenía la ley, ya que el CTC es una unidad de la Fiscalía y no debe estar sujeta a influencias externas.
La alerta del general Sandoval al fiscal Gertz Manero se fundamentaba en un informe clasificado que revelaba la preocupante designación de Hernández Soto, así como sus presuntos vínculos con el narcotráfico.
A pesar de las explicaciones dadas por las autoridades, las interrogantes sobre la idoneidad de Hernández Soto para dirigir el CTC persisten, así como las dudas sobre posibles influencias indebidas en su nombramiento. Esta situación genera incertidumbre sobre la integridad y eficacia de las operaciones del CTC en el combate contra la delincuencia organizada.
¿No entienden que se necesita un delincuente en ese puesto de FGR, para que criminales no se sientan en confianza y hagan buenos negocios?
Es que los narcos que apoyan a AMLO son narcos buenos, honrados y honestos, ¡no como los que apoyaron a Calderón!
¡Y aun así dice que son falsas sus acusaciones de financiamiento y vínculos con el narco!
4T se convirtió en el sinónimo de corrupción y traición al pueblo de México. ¡Morena es un refugio de delincuentes!
Esta información fue publicada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad