AGENCIA
Acapulco.- En medio de la difícil situación que vive Acapulco tras un desastre natural, la entrega de paquetes de enseres domésticos a las familias afectadas ha desencadenado una polémica inesperada. Aproximadamente 160 mil paquetes fueron distribuidos en varios puntos de la ciudad, pero lamentablemente, se ha observado una práctica cuestionable: la venta ilegal de estos artículos destinados a quienes sufren los estragos de la emergencia.
Anuncios en internet han empezado a proliferar, ofreciendo a la venta artículos individuales, especialmente refrigeradores y estufas, provenientes de los paquetes entregados a las familias damnificadas. Los anuncios aparecen tanto directamente en el perfil de los vendedores como en páginas especializadas de venta, mostrando fotografías de los artículos junto con sus precios en pesos.
Uno de los paquetes más comunes, que incluye refrigerador, estufa, licuadora, ventilador y batería de cocina, se oferta por alrededor de 15 mil pesos, aunque algunos vendedores han llegado a solicitar solo 12 mil pesos por el mismo conjunto. La práctica más frecuente es la venta conjunta de refrigeradores y estufas, con precios que oscilan entre los 10 mil y 12 mil 500 pesos, negociables.
A pesar de que se establecieron varios puntos de entrega en la ciudad, el proceso ha sido complicado. Las personas se forman, esperan durante horas e incluso se quedan a dormir en el lugar hasta obtener sus fichas y finalmente recibir los enseres. En casos extremos, como en la colonia Progreso, algunas personas tuvieron que esperar hasta 8 días en el Parque Papagayo para recibir sus pertenencias.
La situación se complica aún más debido a duplicidades en el censo de damnificados. Muchas familias se registraron en dos o tres domicilios diferentes, lo que provocó que recibieran el doble o incluso el triple de los enseres que deberían haber obtenido originalmente. Además, matrimonios o parejas obtuvieron doble registro, contribuyendo al aumento de las cifras de damnificados.
La venta ilegal también se ha extendido a las despensas entregadas en diferentes puntos de la ciudad. A pesar de que se distribuyen con el propósito de ayudar a quienes más lo necesitan, algunos aprovechan para venderlas a precios entre 500 y 600 pesos, práctica que está prohibida.
Incluso con las últimas despensas, se entregaron tarjetas de regalo de Soriana. Sin embargo, algunas personas buscan estas despensas no por su contenido, sino por la tarjeta de regalo, que tiene un monto de 500 pesos, y posteriormente regalan o venden la despensa.
La comunidad local se muestra indignada ante esta explotación de la ayuda destinada a los más necesitados, y las autoridades han expresado su compromiso de abordar este problema y tomar medidas para prevenir futuras irregularidades en los procesos de ayuda y distribución.