De la Redacción
el buen tono
Xalapa.- La reciente confirmación de que Patrocinio Cisneros Burgos no regresará a Veracruz marca un capítulo más en la turbulenta historia política del estado, dejando tras de sí un legado marcado por acusaciones de corrupción y traiciones que han dejado cicatrices en la administración pública.
Cisneros Burgos, catalogado como el funcionario más corrupto del estado, fue señalado como el brazo operador y ejecutor de negocios turbios durante su tiempo en el gobierno. Su salida del estado después de desafiar al presidente Andrés Manuel López Obrador y traicionar a Rocío Nahle, ha generado especulaciones sobre la magnitud de sus acciones y su impacto en el tejido político de Veracruz.
Los rumores de corrupción que rodeaban a Cisneros eran un secreto a voces tanto dentro como fuera del Palacio de Gobierno. Después de su salida, estos rumores se transformaron en hechos concretos, dejando una bomba de tiempo que ahora Cuitláhuac García, actual gobernador, enfrenta al ratificar a Carlos Alberto Juárez Gil como secretario de Gobierno.
El nombramiento de Juárez Gil, quien ha estado desempeñando el cargo de Encargado de Despacho desde la renuncia de Cisneros en octubre, plantea interrogantes sobre la efectividad de la gestión anterior y si realmente se está abordando de manera adecuada la corrupción en las altas esferas del gobierno estatal.