La Policía no necesita fortalecerse, ni cambiarse de nombre, o de dependencia, lo que necesita es que la clase política deje de robar y sean enérgicos en hacer cumplir la ley y así evitar la impunidad que es la que ha dado lugar a esta inseguridad que vive el país.
Mientras sigan deteniendo a delincuentes de poca monta y no a políticos rateros y grandes empresarios lavadores de dinero, la delincuencia se seguirá reproduciendo como cucarachas.
La Policía Municipal no ha detenido a un sólo integrante de la delincuencia organizada y el inspector Jorge García se llena la boca en decir que dentro de la corporación “no hay carencias”, al parecer le falta vista o se la “lleva de muertito”.