Agencias
El Palacio de Gobierno en Quito, Ecuador, experimenta un intenso resguardo militar ante la creciente violencia atribuida a grupos de delincuencia organizada, catalogados como terroristas por el Gobierno. Con la presencia de 700 militares y alrededor de 400 policías, el centro histórico de la capital ecuatoriana, que alberga la Vicepresidencia, la Alcaldía y otras instituciones oficiales, se encuentra altamente custodiado. La ciudad ha experimentado una reducción significativa en la circulación vehicular y ciudadana debido al teletrabajo y la implementación de medidas de seguridad, como la restricción de circulación según el sistema “pico y placa”.
La situación se agrava con alertas, como la recibida por la Policía sobre una amenaza en una gasolinera, donde se encontró un vehículo incinerado con cilindros de gas. Aunque las fuerzas de seguridad actuaron rápidamente y retiraron los cilindros sin causar daños ni víctimas, estas acciones reflejan un clima de tensión. Además, en el aeropuerto internacional “Mariscal Sucre” se mantiene la restricción de paso solo para viajeros, con refuerzos en los accesos para prevenir posibles incidentes.
La ciudad costera de Guayaquil también se encuentra afectada, con escaso movimiento y poca afluencia de personas en las estaciones de transporte. El canal TC Televisión, con sede en Guayaquil, suspendió sus transmisiones después de que un grupo de encapuchados armados ingresara durante una transmisión en vivo el martes. A pesar de las detenciones relacionadas con la ocupación del canal, la situación ha llevado al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, a decretar un estado de excepción en todo el país y declarar un conflicto armado interno, tomando medidas militares para abordar la violencia generada por grupos de delincuencia organizada.