AGENCIA
Japón.- El impacto del terremoto de magnitud 7.6 que sacudió el oeste de Japón el primero de enero ha dejado un desolador saldo de 126 personas fallecidas, mientras que 211 personas continúan desaparecidas, según informaron ayer las autoridades locales, recogidas por la agencia Kyodo. Este sismo se posiciona como el más letal desde el ocurrido en Kumamoto en abril de 2016, que cobró la vida de 276 personas.
La prefectura de Ishikawa es la más afectada por el desastre, con la ciudad de Wajima registrando 69 muertes confirmadas, seguida de Suzu con 38 fallecimientos, Anamizu con nueve, Nanao con cinco, Noto con dos, Shika con dos y Hakui con una.
Entre la tristeza y la devastación, una noticia esperanzadora surgió ayer con el rescate de una nonagenaria de entre los escombros de una casa destruida en la localidad de Suzu. Este acto heroico marca el primer salvamento en las últimas 24 horas. La mujer, hallada inconsciente, fue posteriormente estabilizada, brindando un rayo de esperanza en medio de la tragedia.
Mientras los afectados buscan refugio en los centros de evacuación de Wajima en busca de alimentos, agua y otros productos básicos, algunos residentes optan por dormir en sus vehículos. “No me gusta vivir con mucha gente a mi alrededor”, expresó una damnificada, reflejando el difícil equilibrio entre las necesidades básicas y el deseo de preservar la intimidad en medio de la crisis.
Las autoridades locales continúan los esfuerzos de rescate y asistencia a los afectados, movilizando recursos para hacer frente a esta tragedia que ha conmocionado a todo el país. Las labores de recuperación y reconstrucción se prevén extensas, mientras Japón se une en solidaridad para superar este desafío.