En el comienzo del nuevo año, Israel anuncia la retirada de cinco brigadas de Gaza, marcando un cambio en la estrategia militar hacia operaciones más específicas. La decisión surge como respuesta a la presión de Estados Unidos y la necesidad de aliviar la carga económica de casi tres meses de combates, permitiendo el retorno de soldados de reserva a la vida civil.
El ejército israelí comunicó que en los próximos días se retirarán varias miles de tropas, con dos brigadas regresando a casa esta semana y otras tres retirándose para recibir entrenamiento programado. Sin embargo, los altos oficiales indicaron que la guerra contra Hamás continuará durante meses.
“Se espera que esta medida alivie significativamente las cargas económicas y permita a las tropas reunir fuerzas para las próximas actividades del próximo año, ya que los combates persistirán y sus servicios serán necesarios”, declararon los militares en un comunicado.
Jonathan Conricus, ex portavoz militar, identificó cuatro factores detrás de esta decisión. En primer lugar, el ejército controla gran parte del norte de Gaza, lo que reduce la necesidad de tropas en esa área. En segundo lugar, se optará por una potencia de fuego más moderada en el sur mientras continúan los combates. La tercera razón es de índole económica, y la cuarta se vincula a la posible necesidad de disponer de tropas para enfrentar situaciones en el sur del Líbano hacia finales de este año, en medio de tensiones entre Israel y Hezbolá.
Estados Unidos, respaldando la guerra de Israel contra Hamás, ha instado a un cambio hacia ataques más limitados y focalizados para reducir las víctimas civiles. Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, el Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, reporta unas 21 mil muertes, mayoritariamente civiles. La mayor parte del norte de Gaza es ahora inhabitable, y alrededor de 1.8 millones de personas han sido desplazadas en toda la franja costera, enfrentando condiciones de hambre y enfermedades, según informes de las Naciones Unidas.
