AGENCIA
La Navidad en Argentina se vivió como la más triste y desangelada desde el retorno de la democracia en 1983, superando incluso la situación durante el argentinazo de diciembre de 2001. La actual Nochebuena se transformó en una noche difícil para miles de familias, ya que el presidente ultraderechista, Javier Milei, promulgó un nuevo decreto de necesidad y urgencia (DNU), que resultará en la pérdida de empleo para más de 7 mil empleados públicos a partir del 1 de enero, junto con la advertencia de que no quedará ninguna empresa pública en el país.
El gobierno de Milei ha sido objeto de críticas por el ajuste y la represión, generando un ambiente de descontento social. La medida adoptada en vísperas de Navidad exacerbó la preocupación y la sensación de crisis en el país. La situación económica ha llevado a que millones de personas se enfrenten a costos inalcanzables para una cena básica, con precios que han alcanzado niveles elevados.
La festividad navideña estuvo marcada por la escasez de celebraciones, con bajas ventas en bazares, negocios y grandes mercados. La población, afectada por la crisis económica, tuvo dificultades para acceder a productos básicos y se redujo al mínimo la participación en las celebraciones tradicionales de fin de año.