AGENCIA
Acapulco enfrenta unas Navidades agridulces este año, ya que a pesar de las promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador de revitalizar la ciudad antes de la Navidad, los residentes de la colonia Cumbres de Figueroa experimentarán fiestas sin las habituales luces, árboles de Navidad y decoraciones festivas.
El huracán “Otis”, uno de los más fuertes en la historia de México, azotó Acapulco el 25 de octubre, dejando a la colonia Cumbres de Figueroa devastada. Aunque la Navidad suele ser un momento de alegría y celebración, los residentes han puesto los preparativos festivos en un segundo plano mientras luchan por reconstruir sus hogares y recuperar un sentido de normalidad.
En la colonia, que solía estar llena de actividad durante las fiestas con posadas, celebraciones y cenas navideñas, ahora prevalece la necesidad de comprar materiales de construcción y láminas para reparar los techos dañados. La ilusión de la Navidad ha sido reemplazada por la determinación de reconstruir y recuperar lo perdido.
Teresa Meza Flores, residente de la colonia, compartió su experiencia y cómo la tradición navideña que compartía con su madre se ha visto alterada. “Hacíamos unos nacimientos enormes, piedra y todo, el Niño Dios, las fuentes, los lagos, y a raíz de eso se me quedó un poco la tradición de la Navidad. Volví a renovarme, el año pasado incluso compré mi pino, mis luces, todo. Arreglé bonito todo y mira ahora, tengo todo guardado, las partes que quedaron, el pino, el nacimiento. No hay palabras para describir lo que nos pasó”, expresó.
A pesar de las dificultades, los residentes están decididos a reunirse y celebrar la Navidad de alguna manera. Teresa Meza Flores señaló que, aunque su situación actual es desafiante, lo más importante es estar juntos como familia. “¿Qué vamos a hacer pues?, nada más vamos a cenar aquí a la intemperie. Lo que cuenta es que estemos juntos, mis hermanos me han hablado de qué vamos a hacer, la finalidad es estar juntos, vamos a hacer un pollito al horno con ensalada navideña, ahorita no habrá pavo, va a ver pollo, el chiste es estar unidos”, afirmó.
La historia se repite entre otros residentes, como Cristal Ortiz Balderas, quien compartió que, para ella, estas fechas solían significar unidad y alegría. “Para mí significa convivir con la familia, estar aquí unidos, todos juntos con los hijos, los sobrinos, pero pues cosa que ya no se puede por todo lo que pasó. Antes de eso teníamos planeado hacer carne asada, festejar, pero ya por cuestiones de Otis no se pudo y ahorita lo que sea, lo que mande Dios es bueno”, comentó.
Aunque las tradiciones festivas han cambiado y los festejos son mínimos, los residentes están decididos a encontrar momentos de unidad y alegría en medio de la adversidad. La promesa de AMLO de proporcionar alimentos, enseres y algunos apoyos económicos durante diciembre aún genera expectativas entre los afectados, quienes ven en estos recursos la posibilidad de aliviar las dificultades y permitirles enfrentar el fin de año con mayor tranquilidad.