TRES Y VIENEN MAS…
La cita fue el sábado en un conocido salón de eventos de la avenida 11. Allí, con una cena ofrecida al personal y a invitados, se festejó el tercer aniversario de El Buen Tono, proyecto periodístico que nació un 5 de octubre del 2011. La encargada del brindis fue la señora Paulina Abella, quien tras agradecer el acompañamiento durante estos 36 meses de documentar la vida pública de la zona centro y ser tribuna de aquellos que no tienen voz, alzó la copa para refrenda el compromiso: vienen más años en ese mismo rumbo.
Hace un quinquenio, los hermanos Paulina y José Abella García abrazaron el proyecto que “llego para quedarse” como se dijo ante los convidados. Hace cinco años, rememoró José Abella, surgió la inquietud de contribuir a la vida democrática de Córdoba al impulsar un medio impreso que fuera la alternativa a los tradicionales -que se sentían dueños de la palabra-, que dijera la verdad, que exhibiera la corruptela de los funcionarios y políticos, y que se convirtiera en una fuente de información fidedigna para los cordobeses.
Abella García confió que en el proyecto inicial había más de veinte empresarios que se decían cansados de las mentiras de los dos diarios editados hasta entonces en la ciudad. Así se gestó la idea de El Buen Tono, con la enjundia de abrazar una causa informativa que cambiara la forma de hacer periodismo en la zona centro de Veracruz. Pero como siempre sucede, el tiempo y las circunstancias depuran a los hombres y tamizan las convicciones. De los veinte empresarios que iban a apostarle a un proyecto innovador solo quedaron dos: los hermanos Paulina y José Abella. Los demás flanquearon, se llenaron de temor y se difuminaron.
“Cuando supieron cual era la línea (editorial) se abrieron y me dejaron solo”, relató el señor Abella. No se amilanaron, ya han pasado tres años de eso y El Buen Tono sigue cumpliendo las metas para las cuales fue pensado. No ha sido nada fácil, claro, pero revolucionó la forma de informar en Córdoba y sus alrededores. El ganar a los lectores no tiene una fórmula mágica ni un secreto arcano, simplemente se pusieron en prácticas dos instrumentos: la verdad y el compromiso con la sociedad. De eso no pueden presumir la competencia que los olvidó hace tiempo.
Hoy El Buen Tono está en el ánimo de los pobladores de la zona centro y es lectura obligada para la clase política, empresarial, cultural y religiosa. Se habla con entusiasmo de eso pero no ha sido fácil lograrlo, lo saben sus dueños, lo saben sus directivos y los reporteros y lo saben los lectores mismos. El periódico inició a contracorriente, incomodo para el sistema y odiado por los facinerosos que ocupan puestos de poder político o empresarial. Al diario lo incendiaron un mes después de comenzar a imprimirse, difamaron a los propietarios, intimidaron a los trabajadores y de paso, las autoridades protegieron –y lo siguen haciendo- a los autores del atentado del 6 de noviembre del 2011.
Empero ni aún con toda esa confabulación lograron doblegarlo ni meterlo en la misma jaula donde cohabita el resto de los medios informativos que halagan y queman incienso a los poderosos. El aprendizaje de ese atentado y del resto de los tres años fue rudo, ha dolido y ha provocado miedo pero se resistió porque hay el compromiso de hacer periodismo, y hacerlo de manera veraz en el Veracruz actual es un acto heroico, como lo acaba de decir el fin de semana en Jalapa el afamado escritor indo-británico, Salman Rushdie.
Algo similar sucede en el entorno personal cuando se opta por el quehacer periodístico sin corta-pisa pues éste atrae resquemores y alejamientos incluso de los más allegados. Los amigos y la familia se molestan por lo que aparece en sus páginas pero es parte de los gajes del oficio. Decir la verdad siempre acarrea enemistades, como señaló Abella. Lo importante es que son más los que agradecen que El Buen Tono circule diariamente que los que se molestan por su existencia. Hoy el diario está posicionado frente a los cordobeses, a los orizabeños, a los fortinenses y a los habitantes de los municipios circunvecinos.
En Córdoba concretamente, el periódico es un contrapeso del poder pues informa a los ciudadanos sobre lo que sucede con sus autoridades inmediatas: un alcalde sin visión y sin rumbo que mantiene a la ciudad en el rezago, un cabildo haragán, directivos abusivos, contratos sospechosos de todo tipo, obra pública inexistente y la opacidad como regla general. Eso hay que decirlo y eso está haciendo El Buen Tono pues guardar silencio o publicar solo la versión oficial es traicionar a los lectores y contribuir a que los engañen y timen.
Lo mismo para las cuestiones de seguridad pública pues hoy la zona centro registra una crisis sin precedente por la violencia y el crimen. Lo fácil es difundir el boletín gubernamental y cerrar las páginas a las víctimas, a las historias paralelas y al análisis del contexto. Hacerlo haría ganar dinero por los convenios publicitarios y evitaría problemas al abordar el tema escabroso. Así lo hacen los de enfrente pero no en El Buen Tono que desde el primer momento asumió las causas de la sociedad como causas propias. Esa es la diferencia entre ellos y esta casa editorial.
Los lectores no deben olvidar aquellas palabras que el periodista Ryzard Kapuscinsky -considerado el mejor reportero de todos los tiempos- plasmó en su libro “Los cínicos no sirve para este oficio”: Para ejercer el periodismo ante todo hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades y sus tragedias, y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Los más años que vendrán para El Buen Tono, como lo anticipó la señora Paulina Abella en el brindis, llegarán porque el periódico ya es parte del destino de los cordobeses y de todos los habitantes del centro de Veracruz.
Como anécdota personal, agregó –usando la primera persona pero al mismo tiempo ofreciendo una disculpa por hacerlo- que cuando me sugirieron colaborar con El Buen Tono y se programó la primera entrevista con los directivos, había incertidumbre por experiencias pasadas. Los medios iniciaban con una línea editorial crítica, abriéndose camino a base de publicar notas y artículos de opinión severos por la carga de veracidad y el análisis agudo pero llega el momento de los convenios publicitarios, entonces viene la censura y el rompimiento con las plumas críticas que se vuelven incomodas para los mismos propietarios y los directivos.
“No te enroles en ese proyecto, no van a durar mucho y si lo hace, te van a echar por orden del gobernador cuando llegue el momento, así son ellos”, decían los consejeros acomedidos. Eran muchos los que pronosticaban una vida corta, directivos comprados y censura en la línea editorial pero hoy puedo afirmar que estaban equivocados, El Minutero se sigue leyendo gracias al compromiso de sus directivos. Y no solo esta columna sino otras más y las notas informativas que otros medios no se atreven a manejar.
Eso habla del compromiso renovado, como reza la portada, y de la voluntad para hacer un periodismo comprometido con la verdad y con sus lectores. Enhorabuena, pues, para los hermanos Paulina y José Abella, para el equipo directivo encabezado por Luis Domínguez –con un abrazo especial para Manuel Castillo -, para los editores, diseñadores, correctores, reporteros, fotógrafos, personal administrativo y distribuidores, quienes prolongaron la pachanga hasta la madrugada de ayer domingo. Ups, por poco no sale la edición dominical. A ellos un abrazo afectuoso desde París y que vengan los años que siguen….¡Salud!.
HISTORIA BAILADA
También va una felicitación para los integrantes de la danza “Los Santiagos” del municipio de Tomatlán, allá en la zona centro, bajo la responsabilidad del señor Luis Cortes pues el pasado 29 de septiembre se cumplieron 74 años de la expresión dancística que hoy es un ícono de la cultura del lugar. La danza fue fundada un 29 de septiembre de 1940 y en ella han participado cientos de personas en un acto de compromiso de mantener la tradición heredada de padres y abuelos pues hay que mencionar que si bien ese grupo de danzantes tienen 74 años, la expresión viene desde la colonia española.
En Tomatlán hay cuatro grupos que interpretan la danza “Los Santiagos” que son impulsados además de Cortes por Cenobio Nieves García, Marcial Reyes y Felipe Ramos que dedican generosamente su tiempo para animar a los danzantes y músicos. En este contexto, se saludaría una iniciativa de parte del ayuntamiento o del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) a través de la Casa de la Cultura de Tomatlán para abrir una escuela de danzantes que se asegure la continuación de todas las danzas que se practican en el lugar y de la formación esquematizada los bailarines, de los músicos que interpretan los sones y también de los artesanos que elaboran los trajes y las mascaras, talladas magníficamente en madera desde el siglo pasado.
Va pues una felicitación para todos ellos y el reconocimiento merecido por la buena voluntad para mantener una de las expresiones artísticas más bellas de la región. Los Santiagos no solo le danzan al patrón del pueblo sino también a los hombres, son el recuento bailado de pasajes históricos y se han convertido en identidad regional. ¡Salud por esos 74 años!.
¿Y LOS AFICIONADOS?
El pasado fin de semana se realizó el último partido del equipo de futbol Tiburones Rojos en el estadio Luis El Pirata de la Fuente en el puerto de Veracruz, de ahí el inmueble será sometido a remodelación para que se utilice en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, mientras que los próximos encuentros de los escualos serán en Puebla y así dejaron colgada de la brocha a la afición que había adquirido boletos para los mismos, al igual que a los comerciantes que esperan ingresos con cada partido.
Lo peor es la versión de que el propietario del equipo, el orizabeño Fidel Kuri Grajales ha amenaza con llevarse la franquicia a Cancún luego de los desaguisados que ha tenido con el gobierno estatal por el pago de las obras de remozamiento del estadio. De concretarse el rumor, entonces los más afectados serán, de nueva cuenta, los aficionados que están a merced de los caprichos y entretejes de estos señores que solo ven por su negocio.
Por cierto, Kuri Grajales es un “nalgas prontas”, dicen en las redes sociales, pues después de que recibió una paliza de parte de los guaruras del Fidel Herrera Borunda, hijo del innombrable, en un restaurante de Polanco, en el Distrito Federal, horas después se reunió con su agresor a comer y darse un abrazo. Claro, fue a intervención del mañoso padre del junior involucrado en los desfalcos financieros del equipo cuando el franquiciatario era Mohamed Morales, su prestanombres. Kuri tiene el Síndrome de Estocolmo pues abrazo a sus verdugos o simplemente padece de masoquismo, aunque lo más seguro es que lo dominen las complicidades de antaño con el innombrable. Comparten nombre y mañas.