Agencias
Argentina.- Unas tres mil personas desafiaron en Buenos Aires el fuerte despliegue policial del Gobierno de Javier Milei para expresar su rechazo al plan de ajuste económico y la creciente inflación que afecta la compra de alimentos y artículos de primera necesidad en Argentina. A pesar de las advertencias de las autoridades, los manifestantes marcharon hacia la Casa Rosada, coreando consignas a favor de los derechos laborales que perciben amenazados por las políticas ultraliberales del presidente. Las fuerzas de seguridad, desbordadas, no lograron hacer cumplir el nuevo protocolo de seguridad anunciado, lo que llevó a situaciones de tensión y represión.
En medio de gritos a favor de los derechos laborales, la manifestación recorrió las principales avenidas de Buenos Aires con rumbo a la Casa Rosada, sede de la Presidencia. A pesar de las advertencias de las autoridades sobre la pérdida de beneficios sociales si cortaban vías, la protesta se mantuvo, desafiando las restricciones. La represión policial, con el uso de gas pimienta, dejó a algunos manifestantes afectados, mientras el gobierno intenta implementar medidas que castiguen a quienes corten las calles, generando críticas por su aparente ilegalidad y comparaciones con tiempos de dictadura.
La manifestación, inicialmente esperada por las organizaciones convocantes con más de 50,000 personas, fue cifrada por las autoridades en aproximadamente 3,000 participantes. Los manifestantes expresaron su preocupación por la situación económica, destacando la devaluación del 50% anunciada recientemente y su impacto en los precios de alimentos básicos. La protesta también recordó las 39 personas que murieron en las protestas de diciembre de 2001 y reflejó la creciente angustia económica de la población, alimentando las críticas al Gobierno de Milei y generando incertidumbre sobre su continuidad.