AGENCIA
Internacional.- En Bélgica, la iglesia católica se encuentra en el centro de un escándalo tras ser acusada de orquestar el comercio ilegal de aproximadamente 30 mil niños entre los años 1945 y 1980. Las acusaciones, publicadas por el medio belga Het Laatste Nieuws (HLN), se basan en el testimonio de varias mujeres que afirman haber sido forzadas a abandonar a sus bebés, los cuales supuestamente fueron vendidos por la iglesia católica a cambio de beneficios económicos para la congregación religiosa.
Las mujeres implicadas, según el medio alemán DW, eran jóvenes solteras, víctimas de violación o incesto, presionadas por sus padres para ocultar el embarazo. Los bebés nacidos de estas circunstancias eran entregados a la iglesia por los padres de estas mujeres, y la iglesia se encargaba de buscar familias adoptivas, a las cuales se les entregaba el niño a cambio de una remuneración económica que beneficiaba a la comunidad religiosa.
Aunque la iglesia católica no ha confirmado ni refutado la historia de los 30,000 niños robados, su portavoz, Tommy Scholtès, repitió las disculpas emitidas en 2015 cuando salió a la luz el escándalo, pidiendo una “investigación externa para determinar las responsabilidades reales”. Scholtès rechazó la afirmación de que la iglesia hubiera robado a 30 mil bebés, alegando que “no eran niños comprados” y que las familias adoptivas contribuían financieramente al funcionamiento de las comunidades religiosas.
En medio de esta polémica, otro caso controvertido involucra al cardenal italiano Angelo Becciu, exasesor financiero del papa Francisco, quien fue condenado a 5 años y medio de prisión por malversación de fondos de la iglesia. Este hecho se suma a la creciente serie de controversias que han afectado a la iglesia católica en las últimas semanas.