De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Organizaciones obreras aseguran que la tragedia en Amatlán debe servir como un llamado de atención, no sólo para las autoridades locales, sino para la sociedad en su conjunto, con el fin de que se responsabilice a los culpables de la falta de seguridad y óptimas condiciones laborales para los trabajadores.
En el corazón de nuestras comunidades, donde se erigen los pilares de nuestro desarrollo, se encuentran historias de trabajadores valientes y dedicados que, a menudo, enfrentan condiciones laborales extremadamente precarias.
El caso reciente en Amatlán, donde tres vidas se perdieron en un deslizamiento de tierra, destapa un sistema injusto que explota a los obreros contratados por empresas constructoras en proyectos municipales. Las empresas, ansiosas por maximizar sus ganancias, han optado por sacrificar la seguridad y el bienestar de sus trabajadores, exponiendo su vida.
Es alarmante observar cómo estas entidades eluden la responsabilidad social al no proporcionar Seguro Social y Seguro de Vida a sus empleados, a pesar de cobrar sumas considerables a los ayuntamientos por estos servicios.
En este cruel juego de avaricia, los albañiles son los verdaderos perdedores. Su labor incansable y fundamental en la construcción de nuestras comunidades se ve ensombrecida por la negligencia de las empresas constructoras.
La tragedia no sólo reside en la pérdida de vidas humanas, sino también en la violación flagrante de los derechos laborales básicos. La ausencia de garantías no solo deja a los trabajadores desprotegidos, sino que también contribuye a la perpetuación
de la desigualdad
social, mientras tanto, todos callan.