Si usted tiene la esperanza de que 2015 sea mejor que 2014 para su economía, y que 2016 sea todavía mejor, lamento informarle que ante nuestra falta de previsión, la situación se vislumbra muy grave, y me explico:
La ciudad de Córdoba no posee grandes complejos industriales que defiendan su economía en tiempos de desgracias agrícolas, depende en su mayoría de la actividad económica generada por los cultivos de caña de azúcar y café, y para ambos productos el futuro es terriblemente incierto.
En el caso de la caña de azúcar baste ver el panorama a través de estos cristales: Los mayores productores de azúcar son Brasil, India y Australia. Los tres tendrán cosechas récord lo cual implica saturación en los mercados mundiales y bajo precio del azúcar a nivel internacional. A esto hay que agregarle un arancel del 17% para las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. La ausencia de un arancel equivalente a la alta fructuosa que sustituye el azúcar en las bebidas nacionales. Una zafra muy buena para los mexicanos gracias a la abundancia de lluvias. Nula vigilancia de aduanas para evitar la importación subrepticia de miles de toneladas de azúcar de Centroamérica a precios menores que los del mercado mexicano. Ingenios casi quebrados en su mayoría.
Si suma todo esto, vemos un panorama muy grave, con precios internos muy bajos, pagos mínimos al cañero, recesión y conflictos sociales, sin que nadie, ni en el estado ni en la federación se hayan ocupado de promover la producción de etanol y alcoholes, para absorber cuando menos en parte los excesos de producción de caña y azúcar.
En cuanto al café: Tenemos más de un año previendo la llegada de la roya sin la mínima medida de prevención. La producción de la zona centro de Veracruz caerá cuando menos en un 50% para el siguiente ciclo de producción, y un 20% mínimo en el ciclo actual. Hay miles de campesinos que tienen roya en toda su plantación, tendrán una mínima cosecha y nulos recursos económicos los próximos tres años. Dos mil millones de pesos para sustitución de plantas alcanzan para dos mil hectáreas, pero hay treinta mil hectáreas dañadas por la roya. Los apoyos del gobierno estatal y federal son mínimos y no están a la altura del problema que se enfrenta. No hay planta suficiente para sustituir todas las que habrá que arrancar de raíz, y no hay dinero que pague todas las plantas que serán necesarias (alrededor de treinta millones). Añada usted que el café una vez sembrado comienza a producir a los tres años… dígame de que van a vivir todos esos campesinos, y vea el problema económico y social que se avecina, mientras tenemos un Secretario a nivel estatal que ha demostrado su ineptitud e incapacidad para enfrentar y resolver los problemas del campo del estado.
Ante este panorama, lo único que va a elevar un poco la actividad económica de la región durante el primer semestre de 2015 serán las campañas políticas y lo poco o mucho que se gasten los partidos políticos en compra de votos. Pero una vez que se haya realizado la elección, el segundo semestre será terrible desde el punto de vista económico. Y así seguirá el 2016
Si usted no había pensado en esto, lamento amargarle el momento. No ha existido investigación y desarrollo de nuevas variedades de caña de azúcar, aptas para los distintos suelos de las zonas de cultivo, y especialmente desarrolladas para producción de azúcar o de etanol desde la década de los 80´s. No hay inversión en plantas etanoleras. Los ingenios poseen tecnología de fines del siglo XIX y estamos en el siglo XXI. Cien años de atraso tecnológico. Tampoco se ha promovido y apoyado la sustitución de cultivos, por otros más rentables, en la zonas dónde esto sea posible.
En el caso del café la situación se torna casi ridícula. En el país hay sólo dos investigadores dedicados de tiempo completo al café. Uno, quien se dedica al robusta, tiene cierto financiamiento de empresas como la trasnacional Nestlé, a quien le interesan los desarrollos de ese tipo de café, considerado de menor calidad, pero con mayor sabor y cafeína, lo cual lo hace ideal para los solubles que comercializa. El otro investigador dedicado al arábica enfrenta el problema de la escases de recursos y desinterés en lo poco que logra desarrollar. Y si se tratara de traer semillas mejoradas de Colombia por ejemplo, para frenarlo está la enorme burocracia que hay que enfrentar, la cual evita cualquier intento al respecto, salvo de contrabando.
Si pensamos que en países civilizados sólo se maneja semilla certificada, ya sea de caña o de café o de cualquier otro producto agropecuario. Es momento de celebrar, porque en México no tenemos certificación de semillas, lo cual provoca que se comercialice cualquier variedad de cualquier producto agrícola, sin la mínima certeza de calidad.
Total que el agro veracruzano y en particular, el de la zona centro del estado, con sus dos cultivos estrella enfrenta un problema como nunca en su historia, sin previsión, sin prevención, sin interés de sus agrupaciones, y sobre todo, abandonado por las autoridades estatales y federales.
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