En un sorprendente giro de los acontecimientos, el Primer Ministro de Portugal, António Costa, anunció su renuncia este martes en medio de una amplia investigación por corrupción que involucra a su jefe de despacho. Horas antes, la policía arrestó a Vítor Escária, el jefe de despacho de Costa, y llevó a cabo registros en edificios públicos y propiedades, como parte de una extensa investigación anticorrupción.
En un emotivo discurso televisado a nivel nacional, Costa declaró: “En estas circunstancias, obviamente, he presentado mi renuncia al Presidente de la República”. El líder socialista de 62 años, quien ha ocupado el cargo de Primer Ministro desde 2015, insistió en su inocencia y agradeció a su familia por el apoyo que le ha brindado a lo largo de los años, visiblemente conmovido.
La Corte Suprema también está investigando “el uso del nombre del Primer Ministro y su participación para facilitar” actividades sospechosas, según informó la Fiscalía General. Esta noticia ha conmocionado a la nación y plantea interrogantes sobre el futuro político de Portugal en medio de este escándalo de corrupción que involucra a altos funcionarios del gobierno. La renuncia de António Costa marca un momento crucial en la política portuguesa y deja espacio para una serie de incertidumbres en el panorama político del país.