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Veracruz.- En el Cementerio Particular Veracruzano, destacan unas hermosas tumbas que atraen la atención de visitantes debido a su arte en mármol. Estas tumbas albergan los restos de los padres de Lucía Zárate, una figura internacionalmente reconocida.
Lucía Zárate, nacida el 2 de enero de 1864 en Úrsulo Galván, vivió en Cempoala, Veracruz. A lo largo de su vida, se convirtió en la mujer más pequeña del mundo, alcanzando una estatura de tan solo 51 centímetros a los 17 años.
Lucía Zárate encontró la fama y la fortuna al ser contratada por un circo en los Estados Unidos, donde viajó y se convirtió en un fenómeno de entretenimiento. Contribuyó significativamente a su familia gracias a sus ganancias.
Se cree que Lucía mandó a construir los mausoleos en el Cementerio Particular Veracruzano para sus padres, los cuales son notables por su arte y esculturas.
Lucía Zárate triunfó en Europa, donde recibió el aplauso de la reina Victoria y la admiración del zar Nicolás de Rusia. Trágicamente, Lucía falleció a los 25 años.
La historia de su vida cuenta que al nacer con una estatura de apenas 17 centímetros, los médicos no daban muchas esperanzas a sus padres, Fermín Zárate y Tomasa Licona, quienes eran personas de estatura normal y tenían otros hijos, uno de los cuales también tenía baja estatura y se llamaba Manuel.
A pesar de los desafíos iniciales, Lucía superó sus primeros años difíciles, mientras que su hermano Manuel murió a temprana edad debido a una enfermedad tropical.
El crecimiento de Lucía se detuvo cuando tenía entre 5 y 7 años, alcanzando una estatura de 50.8 centímetros. A los 17 años, con un peso de 2.1 kilos, fue registrada en el Récord Guinness como la “persona adulta más pequeña del mundo”.
Lucía Zárate fue además la primera persona identificada con enanismo primordial osteodisplásico microcefálico Tipo II, una enfermedad que afecta el crecimiento sin modificar las proporciones físicas, excepto la nariz, que seguía creciendo normalmente.
Su nariz especialmente prominente fue un tema de interés en la prensa de la época, siendo descrita como la de una mujer de tamaño normal. A pesar de su pequeña estatura, tenía ojos negros brillantes, era inteligente y conversaba con una voz graciosa en la lengua de sus padres.
Lucía Zárate viajó por Estados Unidos y Europa como parte de una exitosa carrera en el circo, con un gran séquito de asistentes personales, traductores y familiares de estatura normal.
En 1890, a los 25 años de edad, Lucía falleció de hipotermia tras quedar varada en un tren durante una tormenta de nieve en su camino a San Francisco. A pesar de las dificultades, su legado como la “Mujer Más Pequeña del Mundo” perdura y sus padres descansan en tumbas destacadas en el Cementerio Particular Veracruzano.