Sandra González
EL BUEN TONO
Orizaba.- A pesar de que la tumba más importante en el panteón Juan de la Luz Enríquez es la del General del Ejército Mexicano, Ignacio de la Llave y Segura, quien murió el 26 de agosto de 1818 debido a que asumió el cargo de gobernador del estado en 1895, el sepulcro más emblemático es el de la niña Ana María Segura y Couto.
La pequeña falleció el 6 de julio de 1908 a la edad de 2 años y 3 meses; conocida también como la Niña del Ángel, pues se relata que este se mueve, la figura fue un trabajo ejecutado por la marmolería italiana de Reinaldo Cuagnelli.
Se trata de un ángel que, con sus alas, cuidaba de los rayos del sol y de la lluvia a la escultura de una niña; la rosa que tiene en sus manos hacía que las gotas de la lluvia bajaran de esta a los labios de la pequeña. Desde hace unos años, las autoridades resguardan la pieza con un quiosco.