La plataforma de medios sociales, anteriormente conocida como Twitter y ahora denominada X, está tomando medidas drásticas para combatir la proliferación de cuentas automatizadas o “bots”. En un esfuerzo por reducir el spam y la manipulación en su plataforma, X ha anunciado un nuevo programa llamado “Not A Bot” (No un robot).
Este programa implica la introducción de una suscripción anual simbólica de $1 para los nuevos usuarios en Filipinas y Nueva Zelanda. Aunque la tarifa es baja, la empresa afirma que no está destinada a generar ganancias, sino a abordar el problema de los bots. Según X, las suscripciones “han demostrado ser la principal solución que funciona a escala” contra el uso de bots.
El programa permitirá a los nuevos usuarios crear cuentas gratuitas, pero con limitaciones significativas. Estas cuentas solo podrán realizar acciones de “solo lectura” y seguir a otras cuentas, sin la capacidad de publicar, dar “me gusta” o retuitear. Esta medida tiene como objetivo evitar que los bots puedan difundir contenido y mantener un bajo perfil.
Elon Musk, propietario de la plataforma, ha expresado previamente su interés en que todos los usuarios de X paguen por utilizar la red social. Aunque aún no se ha implementado un cargo para los usuarios existentes, Musk sugirió recientemente la posibilidad de cobrar una “pequeña mensualidad” para eliminar los bots.
La decisión de X llega en un momento crítico, ya que la desinformación ha estado en aumento en medio del conflicto entre Israel y Hamás. La empresa también ha anunciado cambios en su función “Notas de la Comunidad”, que ahora requerirán fuentes con enlaces. Según la compañía, esto es para garantizar la autenticidad de la información compartida en la plataforma.
Elon Musk ha subrayado la importancia de los enlaces a fuentes de datos reales y ha reiterado sus críticas a los medios tradicionales, señalando que muchas organizaciones de medios actúan como herramientas de propaganda para sus propietarios.
Estas acciones de X reflejan su compromiso en la lucha contra la desinformación y la manipulación en su plataforma, al mismo tiempo que plantea interrogantes sobre el futuro de las redes sociales de cara a los bots y la veracidad de la información compartida.