La Tinaja.- Un comerciante originario de la ciudad de Córdoba, fue acribillado de al menos 10 impactos de arma de fuego, tras ser sorprendido en el interior de un restaurante, quedando tirado en el piso en una mancha de sangre mientras que los sicarios huyeron del lugar.
De acuerdo a informes de las autoridades ministeriales se conoció que el hoy occiso respondía en vida al nombre de Gerardo Arellano Andrade, de 40 años de edad, con domicilio en la colonia San Miguel en Córdoba, al cual le dispararon con armas de diferentes calibres.
A decir de las corporaciones policiacas, los hechos se registraron aproximadamente a las 14:40 horas, cuando los gritos de la mesera del restaurante “Sutsa”, que se ubica a un lado de la estación de combustible número 2806 en la población de La Tinaja se escucharon al haberse percatado de como sujetos desconocidos dispararon a quemarropa contra la persona que estaba sentada esperando a que le sirvieran de comer.
En el piso de la negociación cerrada, estaba el cuerpo de una persona del sexo masculino robusto que vestía una camiseta tipo sport color azul con el número 4 en la espalda y pantalón de mezclilla del mismo color.
Había quedado boca abajo y se le alcanzaban a observar las perforaciones de los proyectiles que se clavaron en el cuerpo y cabeza, alrededor de las mesas principalmente donde se presume él estaba sentado, se encontraron varios cartuchos percutidos de diferentes calibres.
Fueron los federales de La Tinaja quienes se encargaron de acordonar el área, tomando conocimiento también personal de la Marina, quienes de inmediato peinaron toda la zona. Minutos después arribó personal de Seguridad Pública del Estado perteneciente a la Octava Región y Preventivos de Cotaxtla quienes rodearon la escena para que nada se moviera del lugar.
Horas más tarde llegó el licenciado Ramar Díaz Mendoza, titular de la Agencia del Ministerio Público Investigador del distrito de Boca del Río, así como peritos criminalistas y policías ministeriales.
Con hermetismo manejaron el levantamiento del cuerpo, uno a uno fueron levantados los casquillos se entredijo que eran unos nueve en total, calibre .380 y 9 milímetros. Las heridas no se alcanzaron a contabilizar en esos momentos, pero entre su documentación se identificaba como Gerardo Arellano Andrade.
Los policías ministeriales, comenzaron a investigar, donde solamente se ventiló que el ahora occiso llegó a ese restaurante y se sentó. Él pidió una jarra con agua solamente, y fue cuando la mujer se dirigió a la cocina para atenderlo.
Cuando salió a la mesa, encontró en un charco de sangre al occiso.
El cuerpo del extinto fue subido a la ambulancia del “Semefo” de Boca del Río, para los estudios de rigor.
de la redacción
El Buen Tono