Las ranas europeas revelan una sorprendente resistencia ante los intentos de coerción de los machos durante la temporada de reproducción. En una investigación publicada en la revista científica Royal Society Open Science, se demuestra que las hembras no son pasivas, sino que despliegan una serie de estrategias para evitar a los machos no deseados.
Durante la temporada de reproducción, donde la proporción de sexos está sesgada con una gran mayoría de machos, se producen conflictos sexuales que a menudo pueden resultar en la muerte de las hembras. Estos enfrentamientos se conocen como “bolas de apareamiento,” donde múltiples ranas compiten por una hembra.
El estudio, llevado a cabo por la científica Carolin Dittrich, revela que las hembras emplean diversas tácticas para evitar a los machos no elegidos. Estas estrategias incluyen rotación para escapar del agarre, protestas que imitan los sonidos de liberación de los machos durante peleas, y una sorprendente inmovilidad tónica, donde las hembras fingen estar muertas.
Estas maniobras, a menudo utilizadas en combinación, resultaron exitosas, permitiendo a muchas hembras escapar de los machos no deseados. Las preferencias de las hembras juegan un papel importante en este comportamiento, ya que eligen aparearse con machos que poseen ciertas características.
A pesar de no representar una amenaza para la reproducción de la especie, la investigación arroja luz sobre la compleja biología de las ranas y su capacidad para adaptarse a un entorno cambiante. El cambio climático se perfila como una amenaza más significativa para estas criaturas, cuyas poblaciones están disminuyendo.
El estudio demuestra la importancia de considerar la perspectiva femenina en la investigación de comportamientos reproductivos y la biología de las especies, lo que podría contribuir a la aplicación de medidas de conservación más efectivas.
