En 1954, en medio de la exigente carrera La Carrera Panamericana, el mecánico mexicano Renato Martínez se convirtió en un héroe inesperado. Umberto Maglioli lideraba la cuarta etapa de la carrera en su Ferrari 375 cuando su motor comenzó a perder aceite a través del cárter. En medio de la nada y sin apoyo técnico, sus posibilidades de terminar la carrera eran prácticamente nulas.
La suerte sonrió a Maglioli cuando se detuvo junto a un pequeño taller llamado “El Milagro”, donde conoció a Renato Martínez, el mecánico mexicano. Renato confirmó la fuga de aceite y pudo proporcionar a Maglioli una solución temporal:
Tomó un cubo y una gran barra de jabón mientras le daba a Maglioli tres botellas de Coca-Cola y le dijo: “Mientras tomas tu Coca-Cola, repararé tu coche”.
Martínez comenzó a frotar la barra de jabón en el cárter. El jabón se derritió y creó una pasta que selló el agujero de la fuga. El jabón corta la película de aceite y se adhiere al metal en el cárter.
Asombrado por la ingeniosidad de Martínez, Maglioli sacó una pequeña cámara Rolleiflex para capturar el momento e inmortalizar a Renato y su garaje “El Milagro”. Umberto Maglioli terminó la carrera en primer lugar.
Después de la carrera, Martínez recibió por correo la fotografía que Maglioli había tomado y que decía: “Renato, el Milagro Mexicano que ayudó a Ferrari”, firmada por un hombre llamado Enzo Ferrari.