AGENCIA
Internacional.- El discurso político en el partido republicano de los Estados Unidos está tomando un tono cada vez más hostil hacia México en relación con el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, un potente opioide sintético que ha causado miles de muertes en el país. Varios candidatos presidenciales republicanos han propuesto respuestas militares y de fuerza letal para abordar el problema.
Ron DeSantis, el gobernador de Florida y uno de los principales favoritos para la nominación republicana en 2024, ha sugerido que los presuntos traficantes de drogas en la frontera entre Estados Unidos y México deberían ser “muertos a tiros”. Nikki Haley ha prometido enviar fuerzas especiales estadounidenses a México. Vivek Ramaswamy ha acusado al presidente Andrés Manuel López Obrador de tratar a los cárteles de la droga como si fuera su “sugar daddy” y ha dicho que, si es elegido presidente, “habrá un nuevo daddy (papá) presente”.
Donald Trump, quien es el favorito para obtener la nominación republicana en 2024 y ha influido en la retórica del partido sobre la frontera durante mucho tiempo, también ha culpado a México de los problemas en Estados Unidos y ha prometido nuevas acciones militares y encubiertas si regresa a la Casa Blanca.
Estas declaraciones hostiles hacia México son una respuesta al aumento del tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos, que han causado la muerte de más de 75,000 personas en Estados Unidos el año pasado. Sin embargo, los analistas y expertos advierten que la fuerza militar no es la respuesta adecuada y puede fomentar el racismo y la xenofobia.
El gobierno de México también ha sido criticado por no abordar adecuadamente su problema de producción y tráfico de fentanilo. AMLO ha negado repetidamente que su país produzca el opioide sintético, a pesar de la evidencia en contrario.
Los datos del gobierno estadounidense indican que la mayoría de las incautaciones de fentanilo se realizan en cruces terrestres oficiales, no en áreas de la frontera donde las personas ingresan ilegalmente. Además, aproximadamente el 73% de las incautaciones de fentanilo en la frontera desde octubre pasado fueron intentos de contrabando realizados por estadounidenses, y el resto por mexicanos.
Si bien algunas familias que han perdido seres queridos a causa del fentanilo apoyan estas posturas políticas más duras, muchos analistas consideran que la militarización de la frontera no es la solución y puede tener efectos negativos en las relaciones bilaterales y en la lucha contra el tráfico de drogas.
Le están dando los pretextos a Estados Unidos para entrar a México. Ya se sabía que eso de “abrazos, no balazos” no iban a funcionar.
El Ejército no permite que los ciudadados tengan armas, pero eso sí, en caso de acciones belicas de Estados Unidos llamarán a los mexicanos a pelear “por patriotismo”, frase que para ellos significa que los ciudadanos del montón hagan lo que los generales digan.
¡Si Estados Unidos ya subió así el nivel de la conversación es porque en el fondo ve por todo ese petróleo que AMLO le dona a Cuba!
Ante la incapacidad y complicidad del gobierno de México, se perfilan este tipo de acciones. No se puede negar que nuestro país produce y distribuye fentanilo. El combate al narco no es eficiente.