Hace no tantos miles de años, en todo el planeta vivían animales de grandes dimensiones, enormes mamíferos tanto herbívoros como carnívoros, conocidos como megafauna. Sin embargo, hace 50,000 años, comenzó un proceso de extinción masiva que erradicó a dos tercios de todos los géneros de grandes mamíferos terrestres.
Si bien todavía se debate sobre las principales causas de esta extinción, las dos con mayor aceptación son el calentamiento global como consecuencia del cambio climático al final del último período de glaciación, y la expansión de la especie humana, que cazaba a estos animales para su sustento y abrigo.
México se destacó como el principal consumidor de bebidas azucaradas en el mundo, dentro de los países más poblados. A pesar de que el consumo global se desaceleró en los últimos años, nuestro país lidera este preocupante ranking.
En México, existieron múltiples especies de animales enormes, desde enormes carnívoros como los tigres dientes de sable, el león americano y el oso cara corta, hasta herbívoros gigantes como los mamuts, mastodontes, gonfoterios, caballos mexicanos, camellos americanos, mixtodontes, perezosos panamericanos, bisontes gigantes y mamíferos acorazados como el armadillo gigante, gliptodonte de Simpson y gliptodonte mexicano. Estos animales eran parte fundamental del ecosistema mexicano en ese entonces.
Nuestro país fue hogar de enormes carnívoros como los tigres dientes de sable, el león americano y el oso cara corta, quienes se alimentaban de bisontes, camellos, caballos, mamuts e incluso de perezosos gigantes. Además, cazábamos gigantes como los gonfoterios y mamuts, íconos de la megafauna en todo el mundo. En México, existieron cuatro especies de mamuts diferentes.
A pesar de la extinción de la megafauna, muchos fósiles nos permiten conocer más sobre las especies que existieron y nos permiten imaginarnos un México muy diferente al que conocemos actualmente. La historia de estos gigantes olvidados nos recuerda la importancia de la conservación de la fauna actual y la responsabilidad que tenemos en la preservación de la biodiversidad.