Fortín.- Un hombre que atravesaba problemas familiares además de haber presuntamente discutido con una de sus hijas la cual se fue de la casa, decidió escapar por la puerta falsa luego de suicidarse dentro del closet de la recámara de su vivienda ubicada en el fraccionamiento El Greco, lo que movilizó a paramédicos de la Cruz Roja, policías estatales, ministeriales así como al personal del Procuraduría General de Justicia quienes llegaron para tomar conocimiento.
De acuerdo al informe proporcionado por las autoridades ministeriales, se conoció que el hoy occiso respondió en vida al nombre de José Ignacio Argüello Gutiérrez, de 41 años de edad, con domicilio en la calle Cocuite del fraccionamiento El Greco.
Los hechos se registraron ayer por la tarde cuando José Ignacio Argüello, al encontrarse en su vivienda marcada con el número 11, aprovechó que su esposa no se encontraba en el interior y que sus hijos aun estaban en la calle jugando, para ponerle fin a todos sus problemas ya que se quitó la vida al atarse al cuello una cuerda de rafia hasta finalmente suicidarse dentro del closet de su recámara.
Familiares al llegar y ver colgado a quien era el hombre de la casa, a un con la esperanza de que estuviera con vida, solicitaron la presencia de la Cruz Roja arribando de forma inmediata los paramédicos quienes a su llegada únicamente confirmaron el deceso de dicha persona.
Al lugar arribaron peritos en criminalística de los Servicios Periciales de la PGJ quienes ingresaron a la vivienda, realizaron las diligencias de ley todo en presencia de las autoridades ministeriales y posteriormente con ayuda del persona de una funeraria bajaron el cuerpo para trasladarlo al anfiteatro de una funeraria local donde un médico forense le realizaría la autopsia de ley para poder determinar las causas de su muerte.
Finalmente familiares se trasladaron a las oficinas del Ministerio Público con la finalidad de realizar las diligencias de ley, y así poderles entregar el cuerpo a la brevedad para en las siguientes horas darle cristiana sepultura.
Gerardo Luna Martínez
EL BUEN TONO