En un pintoresco pueblo de Šterusy, en el oeste de Eslovaquia, la policía protagonizó una peculiar escena al detener a un perro por exceso de velocidad. La historia comenzó cuando una cámara de tráfico captó a un can de caza marrón superando el límite de velocidad en un Škoda. Los oficiales se encontraron con esta sorprendente situación y compartieron los detalles en las redes sociales con un toque de humor.
En una publicación de Facebook el 29 de septiembre, la Policía eslovaca bromeó: “En lugar de una foto del conductor, un perro de caza marrón sonreía maravillosamente a la cámara, obedientemente sentado al volante de un Škoda y mirando a través del parabrisas a los prometedores ciervos jóvenes”. Sin embargo, la realidad es que un hombre de 31 años estaba al mando del vehículo.
El conductor, en un intento de explicación, afirmó que el perro había saltado repentinamente a su regazo mientras conducía. No obstante, las imágenes de la cámara no registraron ningún movimiento inusual en el automóvil. La policía de Senice tomó medidas inmediatas y multó al conductor por violar las normas de tráfico, arruinando así sus planes y poniendo fin a su “viaje al volante”.
El perro, que fue detenido mientras iba a una velocidad de 83 km/h en una zona con límite de 50 km/h, fue detenido a escasos 20 metros de su vehículo. Las autoridades enfatizaron que, incluso un animal pequeño, puede poner en peligro la vida y la salud de quienes conducen.
Este extravagante incidente demuestra que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción y nos recuerda que la seguridad vial es fundamental, sin importar quién esté al volante, ya sea humano o canino.