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El minutero

Superiberia

 

¿GRITAR O NO GRITAR?

 

Hoy 15 de septiembre es una fecha para el mero recuerdo de un hecho histórico más no para festejarlo. El copetón Enrique Peña Nieto y los diputados y senadores que integran el Congreso de la Unión sepultaron el espíritu de la libertad e independencia con las reformas constitucionales que servirán para entregar la riqueza del país a los empresarios nacionales y extranjeros. El mexicano ya dejó de ser dueño de México, ahora solo es un incomodo ocupante al que si bien le va, lo utilizarán como mano de obra barata.

 Entonces no tiene caso el vestirse de colores patrios y pregonar la independencia a grito de pulmón aunque a  la clase gobernante, la que se confabuló para exterminar el último reducto libertario, le conviene mantener la ceremonia como parte de la simulación. Es cierto que los mexicanos siempre están disponibles para la fiesta bajo cualquier pretexto pero ahora el país no está para pachangas pues hay un hartazgo social contra los que gobiernan en todos los niveles, el federal, el estatal y el municipal.

 Los sondeos de opinión así lo reflejan y ese hartazgo se sazona con un ambiente de violencia que azota todo el país. La criminalidad se ha apoderado de regiones enteras – una de ellas Veracruz- y mantiene arrinconados sus  habitantes que no se sienten defendidos por sus autoridades. Y lo peor es la sensación colectiva de que algunas de esas autoridades están coludidas con el crimen organizado o en el menor de los casos, lo toleran, desentendiéndose de su obligación para bridar garantías de seguridad a sus gobernados.

 Por esa razón desde hace días  en los medios informativos, en las redes sociales y en el cotilleo diario hay un debate no oficial sobre el gritar o no gritar, o sea, el acudir o no  a las plazas públicas para “festejar” el inicio de la guerra de independencia. Si lo hacen es simular que  México está rebosante de libertad y no sumido en una tragedia que incluye la pérdida de soberanía. No acudir es protestar por lo anterior y mostrar el repudio a la clase gobernante. De ahí que unos han sugerido no acudir y que la ausencia del pueblo sea prueba de ese repudio a los gobernantes vende-patria.

  Otros proponen ir pero no gritar, sino guardar silencio para patentizar el desacuerdo. Y hay una tercera propuesta  mucho más interesante: acudir y gritar pero sus verdades a quien encabece el discurso, sea el copetón Peña Nieto, el gobernador en turno o el alcalde, cuando éste los llame a repetir el tradicional “Viva México”. En lugar de responder con el típico “¡Viva!”, que les griten: “¡Traidor!”. Pero hay otra sugerencia mejor y que es a la que están llamando a hacer los pobladores del municipio de Jilotzingo en el Estado de México para gritar con una “mentada de madre” al alcalde priísta Reynaldo Torres González.

 En volantes distribuidos durante la semana pasada en el poblado se pide que “este 15 de septiembre gritemos juntos al igual que los habitantes de Jilotzingo, no soportan al edil que no ha hecho nada a favor del municipio y también ha guardado silencio e inacción frente al incremento de la delincuencia , especialmente los secuestros y las extorsiones.  Lo que pasa en Jilotzingo también sucede en Córdoba, en el puerto de Veracruz, en Jalapa, en Huatusco y en casi todos los municipios de la entidad veracruzana donde los alcaldes se hacen de la vista gorda para no cumplir con su deber de velar por la seguridad de los habitantes.

 El mejor ejemplo de todos los ediles veracruzanos – o mejor dicho: el peor ejemplo- es el panista Tomás Ríos Bernal que enmudece ante los hechos violentos y prefiere usar la policía estatal para desbaratar campamentos de maestros y perseguir vendedores ambulantes en lugar de desbaratar las células del crimen y perseguir secuestradores y asesinos.  ¿No vale la pena una “mentada” para Ríos Bernal esta noche?. Se le pregunta a los profesores corridos del zócalo, a los ciudadanos que padecen la delincuencia todos los días, a los colonos que se han cansado de pedir que cumpla sus promesas de obra pública y servicios, a los cordobeses que pagan sus impuestos pero que no ven mejorías en la infraestructura pública.

 ¿Vale la pena una “mentada” para Ríos Bernal?, se cuestiona a todos aquellos que esperaron un cambio en el gobierno municipal pero  se han decepcionado del edil y su banal cabildo.  Ríos Bernal como muchos de los 212 alcaldes veracruzanos tendrán su novatada del “grito de independencia” pues  será el primero de cuatro que les corresponden por el periodo municipal pero se tienen bien merecidas las rechiflas y las “mentadas” porque han demostrado una enorme torpeza, ineficacia y corrupción. Claro que vale la pena dedicarles una “mentada” en la llamada “noche libre” pues nadie los puede detener ni reprender. Así se honrará un poco la desgastada fecha porque al menos se hará valer el derecho a la libre expresión con una “libre mentada”. 

Quien lo dijera, el año pasado cuando el movimiento magisterial estaba en su etapa más álgida, el entonces alcalde Guillermo Rivas Díaz no tuvo miedo de gritar pese al campamento de maestros instalado en el parque 21 de Mayo y aunque hubo rechiflas al contralor Alejandro Nieves Garnica cuando leyó el acta protocolaria, de ahí no paso. Rivas tuvo los pantalones suficientes para pegar el grito frente a los educadores en protesta pero hoy le tiemblan las corvas al  blandengue Ríos Bernal, quien por eso optó por desalojar a los maestros con la policía estatal.

 También vale la pena un grito de este tipo en la capital del estado en la ceremonia frente a la plaza Sebastián Lerdo de Tejada. No hay veracruzano que no se queje del desastre que hay en la entidad  y ante la impotencia de un gobierno fallido, lo que le queda es hablar. Ahora sí que la frase preferida del maestro Miguel Ángel Barragán Villarreal: “el consuelo del jodido es hablar”, se podrá adecuar  para que sea:  “el consuelo del jodido es gritar”. ¿No creen?.

 Ah, y de paso, también es justo y necesario retomar una frase del discurso original que en septiembre de 1810  emitió el  sacerdote Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte, mejor conocido como Miguel Hidalgo y Costilla, al llamar a la insurrección. Dicha frase  fue suprimida del texto original por incomodar a los políticos en el poder pero que hoy más que nunca cobra vigencia: ¡Muera el mal gobierno!.

 

PRUDENCIA Y PRECAUCIÓN

 

En Jalapa,  la atracción para que los ciudadanos acudan a la ceremonia será el concierto de Los Tigres del Norte que le costará a los bolsillos de los veracruzanos 5 millones de pesos. Es la incoherencia, como es “noche libre” pues la gente puede cargar su metralleta para ir a hacer sus disparos al ritmo de “El Jefe de Jefes”, “La Banda del Carro Rojo”, “Contrabando y traición” y la “Reina del Sur”. Pecan de inteligentes los asesores del gobernante que le recomendaron contratar a un grupo cuyos éxitos son los narco-corridos en una entidad que se deshace por la criminalidad. Para burro no se estudia, se nace. 

Dentro de este mismo tema, en las redes sociales se han difundido advertencias  para que la gente no acuda a las ceremonias de esta noche por el riesgo de que puedan ocurrir atentados o hechos violentos. Es una forma de aterrorizar aunque dadas las circunstancias de seguridad pública, no hay que echarlo en saco roto. Veracruz registra actualmente un ambiente de miedo colectivo  muy similar al que se tenía en septiembre del 2008 y 2009 cuando gobernaba el innombrable. El miedo se respira en las calles y más vale tomar providencias.

 No hay que olvidar lo que ocurrió en el 2008 en Morelia, Michoacán en la ceremonia del “grito de independencia” que se arrojaron granadas a la multitud  y ocho personas fallecieron. No se trata de alarmar ni de crear sicosis colectiva sino de alertar. La actividad delictiva y las faltas de seguridad pública no es algo imaginario, no son contextos inventados sino reales y en el ambiente que prevalece un caldo de cultivo para que cualquier cosa mala suceda. Prudencia y precaución son los consejos, pues.

 En varios municipios se han tenido amenazas de este tipo. El más sonado es quizás Orizaba donde se difundió un video a nombre de un grupo criminal pero el mismo alcalde Juan Manuel Diez ha desmentido su autenticidad. Afirma que no hay tal riesgo aunque el miedo ya está sembrado.  Algo curioso es que en los merenderos políticos se especula  que el autor de ese video alterado podría ser el dueño de la franquicia Tiburones Rojos, Fidel Kuri Grajales que está furioso porque el grupo de Diez Francos, al que pertenece su cuñado y archinenemigo, el exedil Hugo Chahín, le ganó el control del comité directivo del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

 No hay que olvidar que hace una semana se renovó la dirigencia local del tricolor y fue ungida la regidora María Antonieta López Morales ante el enojo de Kuri Grajales que impulsaba al militante Juan Manuel Altamirano Ponce. Es decir, le atajaron su afán de hacerse de  la estructura priísta en el municipio con la que pretendía abrir camino a la candidatura de su hijo, Fidel Kuri Mustieles para la diputación federal que se renovará en el 2015.

 En la especie que circula sobre este caso, se cuenta que una mente perversa que azuzó a Kuri Grajales para tratar de arruinarle la ceremonia al edil orizabeño es la del impresentable Martín Cabrera Zavaleta, considerado el peor alcalde que ha tenido Orizaba por la enorme corrupción que distinguió su gestión, y que ha saltado del PRI al PRD y anda vagando políticamente aunque ahora buscaba cobijo otra vez en el tricolor bajo el manto de Kuri Grajales.

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