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Hace 789 años: relato de pesebres y belenes

Superiberia

Gran revuelo han causado algunos comentarios sobre el último libro de Benedicto XVI La Infancia de Jesús, presentado al público el pasado mes de noviembre, señalando que el Papa niega la presencia del asno y del buey en la gruta donde ocurrió el nacimiento de Cristo. En realidad el teólogo Joseph Ratzinger analiza, profundiza y reflexiona en el capítulo III sobre las narraciones bíblicas de Mateo y Lucas sobre dicho acontecimiento, en cuyos textos no se menciona la concurrencia de esos animales.

Como suele ocurrir cuando se hace glosa superficial de escritos religiosos, se descuidan párrafos que complementan el sentido integral del mensaje. En este caso eso es lo ha sucedido, pues, justamente, lo que el autor explica con deliciosa pericia, es cómo pudo ser que la tradición cristiana incorporó a los dos cuadrúpedos en los relatos del gran suceso de Belén.

A la exégesis de Benedicto XVI me atrevo agregar una hipótesis de mi cosecha: tal vez el verdadero responsable de acuñar en la iconografía navideña a las citadas bestias fue Giovanni Bernardone, mejor conocido como San Francisco de Asís, quien en diciembre del año de 1223 quiso conmemorar el natalicio del Mesías con una representación viviente. Ese año el santo se encontraba en la provincia de Rieti. Allí se ubica Greccio, pequeña población montañosa, fría, arbolada, con acantilados y cuevas. Le pidió a uno de sus benefactores, de nombre Juan Velita le ayudara a realizar el proyecto. Celano, uno de sus primeros biógrafos, cuenta que Francisco le dijo a Velita: “Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno.” (citado por GianMaria Polidoro, Francesco uomo cristiano. Edizioni Porziuncola .Asís, 1999.) Es probable que desde entonces las ejecuciones gráficas y esculturales del hecho bíblico asumieran como reglamentario a todo ese conjunto de personajes y elementos.

Así la trajeron y la difundieron en nuestro país los discípulos de quién creara la tradición de los nacimientos. Según diversos historiadores fue el misionero franciscano, Fray Pedro de Gante, quién en 1528 organizó la primera celebración de la navidad en México con una representación teatral, 300 años después de la primera puesta en escena en Greccio.

Ya en nuestras tierras esta tradición tomó su propia personalidad. El genio y los sentimientos de artistas y artesanos de las distintas regiones del territorio nacional ha creado un exuberante arte navideño de los más variados géneros, con la aplicación de múltiples técnicas y la utilización de todo tipo de materiales. El acervo de arte navideño mexicano es quizá uno de los más ricos del mundo.

Semejante tesoro no debía quedar oculto ni encerrado dentro de nuestras fronteras. Por eso diciembre de 2007, como parte de la celebración del XV aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, se organizó la exposición Navidad Mexicana en el Vaticano, para lo cual se donó a S.S. Benedicto XVI una muestra de arte navideño del estado de Jalisco. Los miles de peregrinos y visitantes que concurren a Roma y al Vaticano a las festividades natalicias pudieron admirar un portentoso nacimiento en el aula de audiencias Paulo VI y bellísimos ángeles colocados en el nacimiento de la Plaza San Pedro, todos de estilo barroco novohispano, elaborados por el taller de Agustín Parra en Guadalajara. Asimismo se adornó el gran árbol navideño de la ya citada sala de audiencias con cientos de piezas en plata y cerámica obras de Jesús Guerrero Santos y de su taller ubicado en Tonalá.

El éxito de esa primera muestra permitió una segunda edición en el año de 2009, esta vez a cargo de artesanos del Estado de México, con figuras de cerámica de Metepec. Al año siguiente la exposición estuvo bajo la responsabilidad de los artesanos del estado de Guanajuato que llevaron esculturas en Cera. La cuarta edición tocó el turno al arte navideño del estado de Puebla. En esta navidad del 2012, la muestra ha sido obra del genio artesanal del estado de Michoacán.

Navidad Mexicana en el Vaticano lleva cinco ediciones. Todo promete que habrá de continuar. Es un espacio que México ganó en el corazón mismo de la cristiandad latina por la fuerza de su cultura.

La ruta que ha seguido esta expresión de cultura religiosa, como es el montaje de nacimientos con las figuras de Jesús, María, José, los pastores, los Reyes Magos, el buey y el asno, es por demás emocionante. Comenzó en el siglo XIII en un pueblecito de Italia, llegó a México en el siglo XVI y ahora 789 después regresa a Italia, al Vaticano, proclamando la creatividad y el colorido de lo mexicano. 

 

@LFBravoMena

Ex embajador de México ante la Santa Sede

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