Miguel A. Mauss
Nelly Gabriela Burgos
el buen tono
Xalapa.- La posición de Patrocinio Cisneros como secretario de Gobierno es ya insostenible. Con la inminente nominación de una candidata de Morena para el cargo de gobernadora, es evidente que deberá renunciar. El odio de Rocío Nahle a Patrocinio es un factor determinante, pues tampoco es del agrado del presidente López Obrador.
Patrocinio Cisneros ha surgido como un personaje traidor y maquiavélico en la política de Veracruz, destacándose por su capacidad para atacar, intrigar y enviar macabras coronas de muerto y moños negros.
Su más reciente escalada de violencia ha estremecido a todos quienes han sido testigos de su retorcido comportamiento.
Una muestra de su actitud siniestra fueron los féretros negros llevados por Patrocinio, cargando las imágenes de la ministra Norma Piña y el ministro Pérez Dayán hasta la Suprema Corte. Este acto grotesco envió un mensaje de muerte, odio y violencia, de quien, desde su posición en la Secretaría de Gobierno, ha sembrado el terror en Veracruz.
El rechazo hacia estos actos ha sido generalizado. Incluso la fracción más decente de Morena ha condenado estos eventos, distanciándose de la barbarie perpetrada por Cisneros.
La situación ha tomado un giro aún más oscuro con la revelación de que Cisneros tiene vínculos con personajes como Juan Javier Gómez Cazarín, líder del Congreso de Veracruz, quien ha optado por distanciarse del perturbador espectáculo encabezado por “Bola 8”. Rocío Nahle, quien anteriormente lo apoyó y empoderó, ahora se encuentra en una posición vulnerable frente a la amenaza que representa Cisneros.