El expresidente suspendido de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, anunció el domingo su renuncia al cargo, marcando el fin de su controvertido mandato. Su decisión se produce en medio del escándalo generado por un beso que empañó la consagración de la selección femenina en la Copa Mundial.
Rubiales hizo el anuncio a través de un mensaje en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
El incidente que precipitó su renuncia ocurrió cuando Rubiales besó en los labios a Jenni Hermoso durante la ceremonia de premiación después de la victoria de la selección española por 1-0 sobre Inglaterra en la final de la Copa Mundial, que tuvo lugar el 20 de agosto en Sidney. El beso se produjo sin el consentimiento de la jugadora y generó una gran controversia.
La situación tomó un giro legal cuando la Fiscalía española abrió un caso contra Rubiales, quien podría enfrentar cargos penales después de que Hermoso presentara formalmente una denuncia por agresión sexual.
Previamente, Rubiales ya había sido suspendido de sus funciones por la FIFA debido a su comportamiento durante la final de la Copa Mundial.
En su mensaje de renuncia, Rubiales declaró: “Tras la veloz suspensión realizada por la FIFA, y considerando el resto de procedimientos abiertos en mi contra, es evidente que no podré regresar a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a él no contribuirá en nada positivo, ni a la federación ni al fútbol español. Entre otras cosas, porque existen poderes fácticos que impedirán mi retorno”.
La renuncia de Rubiales marca el cierre de un capítulo tumultuoso en la historia de la Federación Española de Fútbol y plantea interrogantes sobre el futuro liderazgo en el organismo rector del fútbol en España.